La energía y recursos de los gobiernos se centran ahora en curar a los enfermos y en evitar más contagios, pero si queremos prevenir futuras pandemias hay que dirigir la mirada a la raíz del problema. Si algo está claro, es que el Covid-19 nació en la vida silvestre y desde ahí cruzó la barrera entre especies para contagiarnos a los humanos. Así lo reseña el especialista ambiental del Banco Mundial, Daniel Mira, para Cadena SER.
El cerco sobre el pangolín como fuente del coronavirus se estrecha
Aunque todavía la ciencia no lo ha confirmado, el principal sospechoso es un tipo de murciélago de herradura que, probablemente, transmitió el virus a un huésped intermediario, el pangolín. Este animal escamoso es uno de los mamíferos con los que más se trafica en todo el mundo, y es habitual encontrarlo en los mercados asiáticos por su supuesto valor medicinal.
Cabe entonces pensar que, mientras existan lugares en el mundo abonados a la costumbre de consumir animales salvajes como alimento o para la medicina tradicional, sufriremos cada cierto tiempo los efectos de pandemias tan virulentas como esta.
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En China las cosas podrían cambiar. «El comité legislativo aprobó en febrero, tras el brote de Covid-19, una prohibición integral del comercio y consumo de vida silvestre. Por ahora es una regulación temporal, veremos si revisan la legislación«, cuenta Daniel Mira.
«La vida silvestre debe permanecer en su ecosistema»
Considera Daniel, experto en desarrollo sostenible y biodiversidad, que existen medidas que los gobiernos y organizaciones podrían aplicar para mejorar la salud ambiental y prevenir eventos zoonóticos, esto es, el salto de un virus de los animales a los humanos. «En resumen, lo que estamos haciendo mal es acercarnos demasiado a la vida silvestre. Lo hacemos con el tráfico ilegal de especies pero también a través del comercio legal, adoptando a animales salvajes como mascotas. Lo hacemos urbanizando, destruyendo hábitats, deforestando…Deberíamos reducir ese contacto con la vida silvestre, que debe quedarse en su ecosistema».
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Es crucial, recuerdan los expertos como Daniel, tener una visión más amplia de la salud. «La salud humana y la animal son interdependientes, y ambas dependen de la salud ambiental, es decir, del buen estado del ecosistema en el que se relacionan. Hay que diseñar paquetes de medidas que incluyan las tres, y en crisis como esta deberían estar involucrados los ministerios de medio ambiente tanto como lo están los de sanidad«.