El Congreso de Estados Unidos ha acordado la aprobación del plan de rescate económico más potente de la historia, un arsenal de cerca de dos billones de dólares en ayudas a empresas y ciudadanos para tratar de contener los estragos económicos del coronavirus y el parón de la actividad que supone esta pandemia. El acuerdo entre Casa Blanca y republicanos, por un lado; y la oposición demócrata, por otro, llegó tras cinco días de intensas negociaciones. Con información de El País.
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Con uno de cada tres estadounidenses llamados a quedarse en casa, colegios y negocios cerrados por todo el país para frenar los contagios, Gobierno y oposición buscan evitar una debacle económica y social. Ya hay más de 55.000 contagiados en el país, más de 800 muertos. El coronavirus es «la amenaza más seria para la salud de los estadounidenses en un siglo y probablemente el mayor riesgo para el empleo y la prosperidad de EE UU desde la Gran Depresión», dijo el jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, que ha liderado las negociaciones con los demócratas junto a McConnell, aseguró que las posturas se encontraban ya «muy cerca». Es lo mismo que transmitió el líder de la minoría demócrata en la Cámara alta, Chuck Schumer. Tras el voto del Senado, deberá ratificar el plan de rescate la Cámara de Representantes.
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El primer conjunto de medidas anunciado por Donald Trump suponía movilizar un billón de dólares y la munición ahora sobre la mesa, una semana después, roza los dos billones. El jefe del Consejo Económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, detalló que la estrategia global alcanzará los seis, al sumar los cuatro más de capacidad de préstamo por parte de la Reserva Federal.
El proyecto de ley definitivo, según los demócratas, ayudará a compensar el salario de los trabajadores despedidos durante cuatro meses, en lugar de tres, como establecía la propuesta inicial. Los trabajadores recibirán lo que su Estado pague habitualmente por desempleo más un extra de 600 dólares, según los datos de Associated Press. Además, trabajadores de empresas de la llamada economía colaborativa, como Uber, quedarán cubiertos por primera vez. Las compañías también contarán con ayudas fiscales, como el aplazamiento del 6,2% de la cotización a la Seguridad Social de las nóminas.