El Banco Activo con sede en Caracas está intervenido desde el 30 de enero de 2019 cuando el Juzgado Décimo de Primera Instancia en lo Civil de Caracas informó de la medida cautelar que prohibe la venta o traspaso de las acciones del presidente de la entidad, José Antonio Oliveros Febres, nombrando un depositario que asumió los derechos y obligaciones del accionista mayoritario de la entidad.
La acción judicial es consecuencia de la demanda por daños morales y perjuicios interpuesta por Guillermo Barroso y Edgar Raúl Leoni contra José Oliveros Febres y su madre, Zonia Coromoto Oliveros Mora, directora del banco.
Desde hacía meses corrían rumores en el sector financiero venezolano sobre la precaria salud, no sólo del banco en Caracas, sino también de los demás integrantes del Grupo Activo: Activo International Bank Inc. de Puerto Rico y Banco Múltiple Activo Dominicana, de República Dominicana.
Las sospechas se confirman el 10 de febrero de 2020 cuando el Comisionado de Instituciones Financieras de Puerto Rico emite una Orden de Consentimiento de Emergencia por el cual Activo International Bank entra en un proceso de reestructuración, al frente del cual se nombra a uno de los principales acreedores, el banquero venezolano Fortunato Benacerraf, dueño de 100% Banco en Venezuela.
Fuentes de CCD indican que Benacerraf no sería el único banquero venezolano con fondos atrapados en Activo International Bank. La lista incluye a Arístides Maza (Banco Caroní) y Michel Goguikian (Bancrecer), entre otros numerosos operadores financieros y ex socios de José Antonio Oliveros. Se estima que la deuda del banco con sus clientes y acreedores asciende a más de 40 millones de dólares.
La junta encabezada por Benacerraf tiene un plazo de 30 días a partir de la fecha de la Orden de Consentimiento para presentar el plan, comenzando por la sustitución de la junta directiva y de administración que debe ejecutar los cambios ordenados por la autoridad financiera de Puerto Rico.
Por lo pronto, y hasta que se cumplan las exigencias y se logren los objetivos, los depositantes no podrán retirar su dinero ni el banco pagar a los acreedores, a menos que conste una orden escrita del Comisionado George Joyner.
La reestructuración ha dificultado el funcionamiento a extremos de provocar nuevos pleitos legales, como el de Cainvest Bank & Trust. La entidad de las Islas Cayman demandó a Activo International Bank por no responder a la solicitud de devolución de un monto que asciende a 3.052.018 millones de dólares.
República Dominicana abre sus brazos al Grupo Activo
En 2014 el Grupo Activo se expande al Caribe cuando adquiere el Banco Providencial de República Dominicana, un banco de ahorro y préstamo que transforma en un año en banco múltiple (universal) con la aprobación de la Junta Monetaria del Banco Central. En 2018 Oliveros compra el banco de ahorro y crédito Banaci, con más de 40 años de tradición familiar en el país caribeño.
A pesar de que el Banco Múltiple Activo Dominicana contaba en 2018 con 5 mil clientes y un patrimonio de 600 millones de pesos, la situación del grupo financiero de Oliveros en República Dominicana no parece ser la mejor.
Una solicitud de aumentar el capital del banco no contó con el apoyo de los socios por lo que Oliveros habría recurrido a un inversionista externo que se encuentra en negociaciones para adquirir el 80% de las acciones.
Fuentes de CuentasClarasDigital en República Dominicana señalan que se trataría de Luis Alberto Gasparini, dueño de Euro Trading & Financial, la empresa detrás de la casa de cambio de divisas Euro Exchange, operador financiero de origen argentino residente en Miami, de oscuro historial en el mundo de las finanzas de EEUU y España.
Siendo que el Banco Múltiple Activo Dominicana tiene como principal accionista a Activo International Bank de Puerto Rico, la reestructuración del mismo deja en el limbo las negociaciones de la entidad dominicana.
Con el banco prácticamente paralizado en Caracas y la incierta reestructuración de Puerto Rico que afecta también a Múltiple Activo Dominicana, expertos financieros consideran que el Grupo Activo se encuentra en una situación terminal, es decir, con escasa probabilidad de recuperarse.
Cómo nace un boliburgués
El Banco Activo nace en 1978 con el nombre del Banco Hipotecario Oriental luego pasa a ser el Banco Hipotecario Activo cuyo capital estaba invertido en su mayor parte en letras del tesoro venezolano. En 2007 es adquirido por José Antonio Oliveros, administrador egresado de la Universidad Metropolitana de Venezuela y ex vicepresidente de un importante banco de Venezuela de cuya salida se ha especulado mucho en medios financieros venezolanos.
Desde sus orígenes se vinculó al Banco Activo con el operador financiero Baldo Sansó, cuñado de Rafael Ramírez, presidente de Pdvsa por una década, al que se atribuye responsabilidad en la trama de corrupción que arruinó a la petrolera. Fuentes financieras señalan a CuentasClarasDigital que el capital para la compra del Banco Hipotecario habría salido de la estructura de corrupción dirigida por Sansó y Ramírez.
Como recuerda el propio Oliveros en entrevista concedida a un medio dominicano, la transformación de banco hipotecario en un banco comercial “fue muy rápida”. Sin duda, el hecho de que su socio fuera el ex presidente de la Superintendencia de Bancos de Venezuela (Sudeban) Alejandro Cáribas, contribuyó a la celeridad del proceso que se concretó en 2008. El ex superintendente continúa al lado de Oliveros en la presidencia ejecutiva del Banco Activo, tal como se indica en el balance de noviembre de 2019, aunque su nombre no aparezca en la página Web de la entidad bancaria.
De trabajar en unas “oficinas prestadas”, sin sucursales al público y con solo tres empleados en 2007, Banco Activo pasó en 10 años a tener 54 sucursales, con 1.200 trabajadores y 10 mil puntos de venta en el 80 % de Venezuela.
Todo ello a pesar de que en noviembre de 2009 estalla la megacrisis financiera venezolana –enorme por el entramado de corrupción que envolvió– que arrasó con 21 bancos, 7 aseguradoras y 50 casas de bolsa, sociedades de corretajes y fondos mutuales.
Sorprendentemente, el Banco Activo sobrevivió a la megacrisis bancaria a pesar de que su “modelo de negocio” no se diferenciaba mucho del de los bancos que cayeron.
La gran fiesta
Como bien se explica en los libros Estado Delincuente y El Gran Saqueo, de Carlos Tablante y Marcos Tarre, en un ambiente de absoluta impunidad – similar al modo de actuar de la delincuencia organizada- seudobanqueros en complicidad con altos funcionarios utilizaron instrumentos financieros como bonos, notas estructuradas, fideicomisos, certificados, auto-préstamos y créditos a empresas fantasma, para amasar gigantescas fortunas.
La estructura de negocios ilícitos en base al esquema del diferencial cambiario y usando depósitos de fondos del Estado -ningún banquero puso ni un dólar de su dinero -, les permitió apoderarse de los recursos de todos los venezolanos de maneras y en cantidades grotescas. Se le llamó “la gran fiesta” y comenzó con el establecimiento del control de cambio ordenado por Hugo Chávez en 2003.
Todo indica que los delitos que se cometieron en esos 6 años no terminaron con la megacrisis de 2009 sino que continuaron en bancos y entidades financieras cercanas al régimen de Chávez y luego de Maduro.
Los mega negocios en base al diferencial cambiario han enriquecido a nuevos grupos de poder relacionados al mas alto nivel, como resulta evidente al estudiar varios casos investigados por las autoridades de EEUU y Europa.
El hueco que no se puede tapar
En 2019 comienza la debacle del grupo Activo. Al igual que en el caso de otros grupos financieros venezolanos con presencia en el Caribe, la escasez de dólares producto del desastre económico y financiero de Venezuela, paraliza el esquema de negocios con el diferencial cambiario y la manipulación monetaria con base a la hiperinflación y la macro devaluación.
Fuentes financieras señalan que el “hueco” en las finanzas del Grupo Activo sería de por lo menos 40 millones de dólares.
Algunos acreedores y depositantes esperan que la reestructuración de Puerto Rico permita recuperar parte del dinero que confiaron a José Antonio Oliveros. Sin embargo, muchos de ellos lo dudan, por la forma en como el administrador venezolano devenido en banquero dispuso de los recursos del banco.
Lujos de boliburgués
No es un secreto en Caracas que José Antonio Oliveros, como buen boliburgués, es decir, persona que logró amasar una gran fortuna en operaciones oscuras con funcionarios del régimen chavista-madurista, no se priva de ningún lujo.
Dispone de por lo menos tres jets privados en los que viaja entre Venezuela, EEUU, República Dominicana (donde reside) y España, países donde posee propiedades inmobiliarias millonarias, a nombre de empresas cuyos directivos suelen ser familiares.
Uno de los aviones es el Gulfstream G200, matrícula N179JA, a nombre de Activo International Bank que se encuentra parado en Santo Domingo desde hace cuatro meses.
José Antonio Oliveros posee por lo menos dos apartamentos en Manhattan, Nueva York, identificados con los números 2804 y 2803 del número 250 de East 53rd Street.
El primero lo adquirió en 2011 por un valor de 2.835.000 dólares y el segundo en 2012 por 1.450.000 dólares. Ambos fueron comprados por la compañía Ja179 Properties LLC registrada en Delaware con oficina en el número 200 Park Avenue South Suite 511, Nueva York.
En Florida, tiene propiedades inmobiliarias en Turnberry Village, en el condominio Bellini de la lujosa Williams Island en Aventura y otras más en Miami Dade a nombre de la compañía Noel Investments LLC cuya administradora es María Eugenia Febres Zamora.
Oliveros desembarca en España
En 2013, Oliveros y su grupo familiar abrieron operaciones en España a través de varias compañías registradas en Madrid, dueñas de lujosas propiedades:
Inversora Salamanca 2014 SL registrada en 2014 con domicilio en la calle Argensola 22 dedicada al sector inmobiliario y cuyo administrador único es Alejandro Joel Valencia Hurtado, quien también es el presidente de Activo International Bank Inc. de Puerto Rico.
Inversiones El Turpial SL, con domicilio en la calle José Ortega y Gasset 8, inscrita el 17/10/2013 en el Registro Mercantil de Madrid, cuya administradora única es Alexandra Eugenia Oliveros Febres, hermana de José Antonio Oliveros.
Con el mismo domicilio y la misma administradora quedó registrada la intermediaria financiera Activos Araguaney SL el 19 de febrero de 2014 que posee como socio único a la empresa Gorlio Enterprises Ltd y se decida a la “administración y gestión de patrimonio mobiliario, cartera de valores e inversiones”.
El que parte y reparte…
El dinero para la mayoría de las inversiones provendría de auto-créditos de los bancos del grupo, solicitados a nombre de familiares y empleados de confianza.
Documentos a los que tuvo acceso CuentasClarasDigital reflejan préstamos otorgados por Activo International Bank a familiares directos de José Antonio Oliveros a través de diversas compañías:
Noel Investments LLC, directora: María Eugenia Febres Zamora (prima)
El Retiro Group Ltd, directora: Zonia Oliveros, (madre)
Triple AAA 127 Investments, por 500.000 dólares, directora: Ana Teresa Neri Bonilla, (esposa)
Oliver Dow Febres-Cordero, (primo) por 1.075.500 dólares
Leparc 809 LLC, por 200.000 dólares, director: Angel Leonardo Álvarez Oliveros (primo).
Todo indica que José Antonio Oliveros no solo usó a familiares y empleados para sacar dinero del banco a través de auto-préstamos sino que inclusive habría utilizado cuentas de clientes sin su conocimiento.
¿Ceguera voluntaria?
A pesar de todo el panorama de irregularidades, de las acciones de tribunales nacionales y de autoridades financieras extranjeras y de la ausencia del presidente de Banco Activo en Venezuela – que ya se prolonga por más de un año- la Superintendencia de Bancos con Antonio Morales a la cabeza, no se ha pronunciado sobre el caso, confirmando las sospechas de que José Antonio Oliveros aún mantiene parte de la protección del régimen que le permitió amasar la fortuna que aún disfruta.