La masacre de las comunidades indígenas es el método empleado por el régimen de Nicolás Maduro para obligar a esas poblaciones autóctonas a huir de la zona minera de Venezuela y poder así explotar el oro y otros minerales estratégicos con grupos irregulares, controlados desde Miraflores. Con información de Diario Las Américas.
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En la actualidad, unas 342 familias de la etnia venezolana Pemón se relocalizaron en cuatro comunidades del territorio brasilero a donde llegaron hace un año, cuando ocurrió la masacre en su comunidad, días previos al 23 de febrero, fecha escogida por el presidente encargado Juan Guaidó para ingresar a Venezuela, camiones cargados de ayuda humanitaria desde la frontera de Colombia.
Uno de los líderes de esta etnia, Ricardo Delgado, quien fuera alcalde de la Gran Sabana en 2004, en exclusiva concedida a Diario Las Américas desdibuja la estrategia del régimen de Nicolás Maduro para apoderarse de un suelo que no solo ha sido sagrado para estas comunidades autóctonas, sino que gran parte del territorio pertenece al Parque Nacional Canaima.
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Delgado asegura que el intento de pasar la ayuda humanitaria a través de los puntos fronterizos fue la excusa perfecta para atacar a una población que ya se había organizado contra el atropello de la dictadura y que estaban investigando si los funcionarios del régimen estaban trabajando en apoyo a los grupos irregulares. Recientemente había ocurrido la matanza en Canaima donde se asegura que asesinaron a unas 45 personas y los pemones querían evitar que se repitiera en su zona.
«Desde el 21 de febrero nos informaron, comenzaron a llegar muchos vehículos desde Caracas. Me informan de la llegada de 60 autobuses; la gente de Tumeremo nos indicaba que estaban pasando muchos carros del régimen. Eran buses donde venían los «pranes» (líderes de las cárceles); diez camiones con comida; diez convoyes militares y 350 camionetas, además de carros oficiales y particulares, con más de 3.200 personas. Nosotros detuvimos a cuatro camiones. Eran milicianos (civiles armados por el régimen de Maduro) vestidos de militares que iban a Santa Elena. A las 4am se presentaron los convoyes con los tenientes. Les preguntamos a dónde iban y ellos dijeron que iban a dar apoyo a una unidad, pero no sabían cuál era. Después de lo de Canaima yo les dije que a nosotros los uniformes no nos dicen nada. No dejamos que pasaran, y ellos aparentemente se regresaron, pero no».
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Comenta que el 22 en la madrugada se comenzaron a escuchar disparos. «A las 5:40am empieza esa ráfaga. Yo estoy pensando que los muchachos de la comunidad habían desarmado a delincuentes o colectivos y los estaban combatiendo, pero no era así. No había tranca ni protesta, pasaron cuatro convoyes del Ejército de Nicolás Maduro, disparando al aire para que nadie los detuviera. Se bajaron, dispararon y comenzó la masacre. Ese día murieron tres y 12 resultaron heridos. Los militares luego de eso se fueron».
Tanto Delgado, como el diputado de oposición Américo De Grazia y el alcalde Emilio González fueron señalados por el régimen de ser los culpables de ambas matanzas, por lo que tuvieron que huir por las trochas que hay en las fronteras.