En el marco del Día Mundial de la Salud, Transparencia Venezuela publica un informe que muestra la crisis que sufre el sistema sanitario del país a consecuencia de la gran corrupción, la ineficiencia y las erradas políticas públicas aplicadas durante los últimos 20 años.
Transparencia Internacional identifica riesgos de corrupción en el marco del coronavirus
La organización denuncia cómo ha ido incrementándose la vulneración del derecho a la salud, con la afectación de los elementos que conforman esta prerrogativa: disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad. El incumplimiento da cuenta de cómo la corrupción, en sus diversas formas, ha incidido transversalmente sobre el derecho a la salud, conduciendo al deterioro de la calidad de vida del venezolano y a la actual Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), a la que se suma la pandemia del COVID-19.
El análisis identifica los factores que han minado el funcionamiento del sistema de salud venezolano, entre los que destacan: alta rotación ministerial, compras y contrataciones opacas y a dedo, supresión de contrapesos y mecanismos efectivos de control, opacidad en la gestión pública y ausencia de rendición de cuentas, creación de sistemas de salud paralelos, aumento del control militar, adopción de medidas perniciosas y ausencia de una legislación en materia de salud, entre otros.
Por su parte, el libro Impacto de la Corrupción en los Derechos Humanos (2018) de Carlos Tablante y Mariela Morales en colaboración con el Instituto de Estudios Constitucionales del Estado de Querétaro (México), destaca que este fenómeno criminal constituye una grave violación de los derechos humanos, haciendo énfasis en la salud como uno de los sectores más afectados.
Transparencia Venezuela: Manual Contra la Corrupción. 12 acciones y un mandato
«En la salud, al margen de la falta de infraestructura para la prestación del servicio, se producen perjuicios financieros para costear el tratamiento de enfermedades no tratadas, inclusive llegando a la muerte de pacientes como consecuencia de una atención precaria. En definitiva, se afecta un derecho humano básico: la vida«, señala el libro.
«A mayor corrupción, más violaciones al derecho a la salud».
La obra también hace hincapié en la importación de medicamentos como «una de las señales de corrupción» en Venezuela, cuya cantidad de fondos aprobados para ese fin entre 2000 y 2015, fue de 22 mil 970 millones de dólares. De acuerdo a los datos expuestos en el libro, se estima que hubo un sobreprecio del 20%. Si el «presunto botín» (de más de 4 mil millones de dólares aproximadamente) se hubiese invertido en salud, habría financiado:
– El gasto completo en misiones sociales de salud del régimen durante un año y cuatro meses.
No se puede entender la crisis humanitaria de Venezuela sin hablar de corrupción
– Todos los retrovirales durante 65 años para 61686 personas que en 2016 padecen de SIDA.
– Dos años y medio de presupuesto de la salud pública nacional.
Según las estadísticas disponibles, nunca ha habido un colapso en América Latina comparable a lo que está sucediendo en Venezuela hoy.
El Producto Interno Bruto se ha reducido en más de cuarenta y cinco por ciento en comparación con 2013. La inflación está fuera de control y la hiperinflación se mide en porcentajes millonarios. Es un país donde su industria está casi totalmente colapsada, las importaciones públicas y privadas de alimentos, medicamentos y otros productos básicos han disminuido en más del ochenta por ciento.
La realidad es que lo que estamos presenciando en Venezuela ahora es una crisis humanitaria sin precedentes causada por el colapso de un Estado en manos de la delincuencia organizada transnacional.