Transparencia Venezuela: Ni los chinos pudieron con la mala gestión petrolera del chavismo

Los resultados de las empresas mixtas chino-venezolanas saltan a la vista: mucho dinero invertido por la nación asiática, poco compromiso de Pdvsa para cumplir con su parte, dinero desviado a proyectos como el CLAP, una deuda que se cobra con crudo y la imposibilidad de detener la caída de la producción.

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Foto Archivo

Las relaciones comerciales entre China y Venezuela eran prácticamente inexistentes antes de la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999. Sin embargo, con el paso de los años, estos lazos se fueron haciendo más fuertes hasta el punto de que ese país es hoy el mayor cliente petrolero de Venezuela y uno de sus principales acreedores. En todo este tiempo se firmaron cientos de acuerdos económicos, muchos de corte petrolero, pero a pesar de ello, la caída en la producción venezolana, sigue siendo innegable. En general, se evidencia poco avance en los ambiciosos proyectos, y, peor aún, se ha hecho patente la imposibilidad de aumentar (o al menos mantener) el bombeo de la nación. Así lo reseña un informe de Transparencia Venezuela.

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Tanto el gobierno de Venezuela como el de China han mantenido en secreto los pormenores de estos convenios y solo se conocen los enunciados de algunos proyectos específicos cuando son suscritos por altos funcionarios a través de una transmisión oficial en televisión, o cuando son publicados en Gaceta Oficial.

Desde que se negociaron los primeros préstamos venezolanos en 2007, el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China apoyaron la inversión en los sectores de energía y minería, incluidas centrales eléctricas y refinerías. Ayudaron a las empresas estatales más grandes de ese país a desarrollar una presencia local, entre ellas, la China National Petroleum Company (CNPC), la China Petroleum and Chemical Company (Sinopec) y el Grupo Sinohydro. A pesar de esto, Venezuela tiene hoy una capacidad de refinación 80% menor a la que tenía en enero de 1999, según la Cámara Petrolera de Venezuela.

Petróleos de Venezuela (Pdvsa) –de acuerdo con lo señalado por varias fuentes consultadas- no cumplió con la mayoría de los compromisos pactados con China, particularmente en lo que a financiación se refiere: la industria simplemente no tiene la solvencia para ejecutar las inversiones prometidas. Además, una buena parte de los recursos dados por los chinos se destinaron a un fin distinto al que se acordó, algunos de ellos terminando inclusive en el esquema CLAP, afirman. Esto hizo que la mayoría de los proyectos se paralizara.

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De los 25.000 millones de dólares que China financió en el sector petrolero y petroquímico en Venezuela, se calcula que se malversaron unos 15.000 millones de dólares, sostienen los consultados.

«En lo ocurrido con los proyectos entre China y Venezuela se puede señalar que muchos de los recursos involucrados nunca se destinaron para tal fin, por lo que hubo malversación del dinero enviado por el gobierno chino o no hubo buen uso de esos recursos», afirmó una fuente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes) cercana a las negociaciones con la nación asiática y especialmente con el Fondo Chino.

Señaló que, en determinado momento, China detectó que el dinero que tenía años prestando para petróleo y gas, se había empezado a destinar al financiamiento de lo que luego sería conocido como el esquema de «las Bolsas CLAP», lo que precipitó una crisis de confianza entre los chinos y sus socios venezolanos. «Fue a partir de ese momento que el gobierno chino decidió supervisar el desembolso de los recursos y ejecutarlos por parte, a medida que avanzaran los proyectos», dijo la fuente consultada.

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Y si bien es cierto que China cada vez prestó menos, también es verdad que Venezuela cada vez se vio más obligada a dar explicaciones de cómo se gasta el dinero. Funcionarios de la administración de Nicolás Maduro han viajado desde 2015 hasta tres veces en un año para reunirse con representantes del gobierno asiático a fin de «reforzar relaciones bilaterales». El objetivo de esos encuentros siempre ha sido el mismo: convencerlos de aprobar nuevos préstamos, que les han sido negados hasta tanto Venezuela cancele su deuda, despeje su crisis política y elimine la corrupción que se adueñó de la industria petrolera.

Además, desde hace tres años, el gobierno chino puso una condición para desembolsar los recursos: supervisarían directamente la transferencia hacia los proyectos a los cuales se destinó. Para ello, China abrió una cuenta en el Bandes Venezuela y a su vez obligó al gobierno venezolano a abrir otra cuenta en un banco chino.

Lea el informe completo AQUÍ

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