La nueva lista negra de lavado de dinero de la Unión Europea incluyó cuatro países del Caribe que se consideraron de alto riesgo, a lo que delegados de sus gobiernos respondieron con acusaciones de parcialidad. Pero, ¿por qué se incluyó estos países en la lista y qué pueden hacer para salir de ella?. Con información de Insight Crime.
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A comienzos de mayo, la Unión Europea publicó su lista de países que no han abordado a cabalidad las amenazas de lavado de dinero y financiación de terrorismo; entre ellos están Las Bahamas, Barbados, Jamaica y Trinidad y Tobago. Panamá fue el único país de Latinoamérica que se sumó a la lista.
La lista está basada en recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). La lista negra de la Unión Europea usa como punto de partida la lista de vigilancia del GAFI y sirve como mecanismo para implementar la rendición de cuentas a los países incluidos, pues el GAFI no tiene facultades de vigilancia y control propias.
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Las consecuencias para los países incluidos en la lista negra pueden ser serias. Está prohibido para cualquier empresa de estos países recibir nuevos dineros de la Unión Europea, mientras que los bancos europeos y otras entidades financieras deben realizar inspecciones más rigurosas sobre las transacciones relacionadas con los países de la lista.
Aunque, en teoría, los países solo tienen que mostrar un avance tangible y positivo en las áreas recomendadas para salir la lista de la Unión Europea, no se ha retirado a ningún país latinoamericano de la misma desde su creación en 2016.
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La condena de los países incluidos fue casi unánime: acusaron a la Unión Europea de tomar una decisión arbitraria que desconoce los avances hechos con poco o ningún preaviso.
Para complicar aún más las cosas, la lista negra de 2020 incluyó una revisión de la metodología para identificar terceros países en alto riesgo, lo que implica que las naciones no tienen ejemplos anteriores concretos para tomar como referencia para ser retirados de la lista.