La oposición venezolana esperaba que 2020 pudiera traer un nuevo impulso después de varios intentos fallidos para derrocar a Maduro. Luego vino el coronavirus. Los analistas dicen que la pandemia ha ayudado a disolver el apoyo que ya venía recibiendo la oposición.
Régimen usa pandemia para restringir derechos civiles y políticos
El miedo al contagio ha mantenido a los manifestantes venezolanos fuera de las calles y enfocados en la supervivencia diaria, no en la política.
En ese contexto, Maduro ha aplicado medidas radicales para garantizar que el sistema electoral de Venezuela esté inclinado a su favor. Mientras tanto, la popularidad del líder opositor Juan Guaidó ha seguido cayendo en picada.
«En muchos sentidos, la pandemia ha sido más una bendición para Maduro que una maldición», dijo Geoff Ramsey, un experto del grupo de especialistas de la Oficina de Washington para América Latina. «Maduro es más fuerte ahora que en cualquier otro momento en los últimos 18 meses».
Los funcionarios venezolanos anunciaron los primeros casos de COVID-19 a mediados de marzo, lo que llevó a Maduro a promulgar un bloqueo nacional que sigue vigente. Al menos 146 han muerto y aproximadamente 16,000 cayeron enfermos, según el recuento del gobierno, probablemente una gran subestimación debido a las pruebas limitadas.
En transmisiones nocturnas, Maduro y sus militares actualizan a los ciudadanos sobre los números, comparten información sobre envíos de ayuda humanitaria de aliados como Rusia y China y decretan nuevas medidas para detener el virus.
«Maduro ha tenido la oportunidad de mostrar su control territorial», dijo Luis Vicente León, un analista político venezolano.
Hospitales sin agua, rayos X ni respiradores en Venezuela en plena crisis del Covid-19
El ingeniero Francisco Mato, una vez entre miles que vitoreaban a Guaidó, dijo que sus esperanzas de un cambio político han quedado en segundo plano.
«Tienes que luchar por tu familia, por la comida y asegurarte de que no nos enfermemos», dijo Matos, de 42 años, con una mascarilla mientras compraba alimentos. «La política parece una opción muy lejana».
Guaidó anunció planes para derrocar a Maduro a principios de 2019 y rápidamente obtuvo el apoyo de más de 50 naciones, lideradas por Estados Unidos. Pero su llamado a un alzamiento militar en abril fracasó, y para fin de año las manifestaciones habían disminuido notablemente.
El único medio local de Guaidó ahora son las redes sociales, a las que muchos venezolanos luchan para acceder debido a los frecuentes cortes de energía. Como jefe de la Asamblea Nacional, dirige sesiones legislativas semanales a través de conferencias telefónicas en línea que no son ampliamente accesibles al público.
«Si bien la dictadura está cada día más aislada, mantenemos el estandarte de la unidad», escribió en una publicación reciente en Twitter.
Para muchos venezolanos, la pandemia ha aumentado una sensación de aislamiento ya intensa. Los vuelos internacionales que se habían limitado considerablemente ahora están completamente interrumpidos. La escasez de gasolina y el bloqueo hacen que viajar dentro de Venezuela sea casi imposible.
Los defensores de los derechos humanos dicen que el gobierno de Maduro está utilizando la cuarentena para erosionar aún más las libertades civiles.
El grupo de derechos humanos con sede en Caracas, Foro Penal, dijo que el gobierno de Maduro este año arrestó a 281 personas que la organización señala de presos políticos, la mayoría durante la cuarentena.
Entre los detenidos se encuentran periodistas y médicos que se han pronunciado en contra del manejo del gobierno sobre el coronavirus.