La creciente violencia que padecen las comunidades de los estados fronterizos de Venezuela (Amazonas, Apure, Bolívar, Falcón, Táchira y Zulia), obligadas a convivir con grupos armados irregulares que actúan al margen de la ley y que sustituyen al Estado ejerciendo control sobre territorios, las actividades económicas y la vida social, motivó en 2019 a FundaRedes a documentar y hacer seguimiento a los casos de homicidios, enfrentamientos armados y desapariciones, incluidos secuestros reportados por la prensa y las denuncias recibidas en nuestra organización.
Los índices de criminalidad en las poblaciones fronterizas siguen en constante aumento a pesar del confinamiento en que se encuentra la población ante la declaratoria del estado de alarma por la pandemia del COVID-19: paralización del sector comercial en alto porcentaje que en semanas de restricción está limitado a sectores prioritarios de alimentos y medicamentos; la inactividad del sector educativo; el mínimo desplazamiento de personas de un estado a otro y la casi nula movilidad intermunicipal; la no realización de eventos masivos, entre otras restricciones.
En este segundo trimestre del año 2020 la labor de recopilación y documentación se ha visto seriamente afectada por las condiciones que imponen esas restricciones de movilidad, el acortamiento de horarios de trabajo, la carencia de combustible para desplazarse de un lugar a otro, las deficiencias y continuos cortes del suministro eléctrico y de internet, pero de manera mucho más aguda, el cerco sufrido por medios de comunicación que constituyen nuestra fuente de documentación primaria. Tal es el caso de los únicos dos medios informativos que cubrían lo que ocurría en los estados Apure y Amazonas, específicamente Senderos de Apure y Waka Noticias, respectivamente, que dejaron de publicar hechos de violencia.
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Pese a las dificultades, FundaRedes presenta los resultados correspondientes a la Curva de la Violencia en los seis estados fronterizos objeto de estudio referidos al segundo trimestre (abril, mayo, junio) del año 2020:
Homicidios
Mientras el país está literalmente inmovilizado, con millones de personas en confinamiento, sin posibilidades de desplazarse fuera de sus estados o municipios tanto por las medidas de resguardo que impone la pandemia como por la falta de gasolina, los homicidios en este período superan con creces las víctimas de la pandemia de COVID-19 en Venezuela. También hubo un incremento de muertes violentas en relación con el segundo trimestre de 2019: de 338 la cifra ascendió a 435; es decir, 28,7% más crímenes.
El estado Bolívar sumó 186 muertes violentas, Zulia 143, Táchira 64, Falcón 33 y Apure 9. Del estado Amazonas no fue posible obtener cifras de esta variable durante el período analizado debido a las debilidades informativas que impidieron conocer esa data. De lo documentado se puede afirmar que las entidades con mayor aumento en el número de homicidios fueron Bolívar y Zulia donde el incremento fue muy significativo y con una curva en total ascenso.
En la categorización de víctimas por género se mantiene la concentración de la violencia en el masculino, con 94%.
La cultura de la violencia que progresivamente se ha impuesto tiene otros elementos de honda preocupación. Y es que así como la Crisis Humanitaria Compleja le arrebató a Venezuela el bono demográfico que, antes de la masiva migración forzada se exhibía con saldo positivo con una curva de beneficio que se proyectaba hasta el año 2045 pero en 2020 la población ya está envejecida, también la violencia nos arrebata a la población joven y económicamente activa, recurso indispensable para el logro de los objetivos de desarrollo. El promedio de edad de las víctimas oscila alrededor de los 32 años. Mayor preocupación causa la cifra correspondiente al estado Bolívar, el más violento, donde las víctimas registran el menor promedio de edad: 28,66 años.
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Un delito que sigue siendo una constante en los estados fronterizos son las muertes por encargo o sicariatos, un modus operandi utilizado tanto por la delincuencia común como por organizaciones criminales con énfasis en Bolívar, Zulia y Táchira.
En las reiteradas denuncias ante organismos públicos nacionales, extranjeros y supranacionales, así como ante los medios de comunicación, FundaRedes ha expuesto su preocupación por un alto número de armas de fuego (buena parte de ellas procedentes de los parques de armas del Estado venezolano) en manos de grupos armados irregulares de diversos orígenes, tendencias y modelos organizativos, así como de particulares. Sin embargo, hasta los momentos no ha habido actuaciones que conlleven al desarme de estas organizaciones e individuos. En los indicadores obtenidos de nuestra documentación destaca el uso de armas de fuego como la principal vía para cometer los crímenes.
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Desapariciones y secuestros
En el segundo trimestre del año 2020 aumentó drásticamente en 83,33% el porcentaje de personas desaparecidas en relación con el mismo trimestre del año anterior. Táchira es el estado donde hubo más desaparecidos: 16, seguido de Bolívar con 13, Falcón con 10, Zulia con 3 y Apure con 2. En el mismo lapso del año 2019 la cifras y distribución por estado fueron: Bolívar 7, Falcón 6, Táchira y Zulia 5 cada uno y Apure 1. Zulia es el único estado donde se observa una disminución, casi a la mitad, pero mientras en Apure se redobló el número y casi lo mismo ocurrió en Bolívar y Falcón, en Táchira se suscitó un dramático aumento casi tres veces más a los registrados en el segundo trimestre de 2019. De Amazonas no fue posible obtener evidencias, al igual que el trimestre anterior.