Actividades y detalles recabados durante 2019 y plasmados en un informe técnico al que tuvo acceso Armando.info dan cuenta de que en Venezuela funcionaron al menos 80 “antenas sospechosas”, dispositivos que actuaron de un modo errático y, algunas, hasta capaces de desviar las frecuencias de los celulares a redes menos avanzadas, desde las que se puede acceder a sus datos y localización a través de tecnología IMSI Catcher. Algunas de estas antenas estuvieron ubicadas en sitios estratégicos de Caracas y aeropuertos que sirven a la capital venezolana, y también en la frontera con Colombia. Así lo reseña un reportaje de Isabel Guerrero para Armando.info
En su crecimiento irregular y desordenado, Caracas se ha transformado de varias formas. Una de ellas se nota directamente en el verdor de los cerros que la rodean, rasgado por arañazos marrones y grisáceos en los que despuntan unas enormes estructuras metálicas que concentran la transmisión de las señales de todos los teléfonos celulares en un radio de 35 kilómetros en esta capital que es, a la vez, hogar de cuatro millones de personas.
Este semillero de antenas telefónicas se extiende por el resto del país indicando que existe algún progreso tecnológico, aunque irregular, en un circuito sobrecargado. Pero no todas son de la envergadura de las torres metálicas ni actúan de la misma forma. Existen dispositivos muy discretos llamados IMSI Catchers -también conocidos como Stingrays o Triggerfish- muy difíciles de detectar a simple vista y que trabajan como antenas portátiles que pueden llegar a ocultarse en el clóset de una casa o en la parte trasera de un camión, con un botón de encendido y apagado tan accesible que pueden pasar fácilmente inadvertidas.
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Desde luego, estos aparatos sirven para la vigilancia electrónica. Tienen la capacidad de actuar como pequeñas repetidoras, como si fueran una operadora telefónica, interceptando la señal móvil de los teléfonos que se encuentran en un área de un kilómetro a la redonda o de un solo aparato específico si conocen sus detalles. Lo demás es invisible: esta tecnología permite la lectura de los mensajes que llegan a los móviles, escuchar las llamadas y localizar exactamente su ubicación. Los datos personales que se cuidan con tanto celo quedan expuestos.
Armando.info tuvo acceso a un informe elaborado por la organización South Lighthouse -dedicada a investigar tecnologías al servicio de los derechos humanos- en un estudio denominado FADe Project, por sus siglas en inglés (Fake Antenna Detection Project). En julio de 2020 publicaron los primeros hallazgos luego de un monitoreo continuo llevado a cabo en Caracas, entre marzo y mayo de 2019, al que luego sumaron otros casos. Estos evidencian la actividad de, al menos, 80 antenas irregulares en Venezuela, algunas de ellas sospechosas, por su comportamiento y ubicación, de ser en realidad IMSI Catchers.
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El informe de FADe Project no solo muestra lo que puede constituir una puerta trasera a las comunicaciones venezolanas, sino un peligro latente por el que quedan en riesgo la privacidad y seguridad de los ciudadanos en el marco de un Estado con vocación de fisgón. El envejecimiento de la red de telefonía, la escasa oferta de empresas proveedoras, las restricciones estatales, la falta de una ley que regule el uso indebido de información, y la casi segura adquisición de tecnología para espiar, pintan un escenario ideal de riesgos para la información privada.