Alexander Kekulé, director del Instituto de Investigación en Bioseguridad en Halle, Alemania, ha estado en todos los medios de comunicación estatales en China en los últimos días. Los informativos han sacado de contexto la investigación del Dr. Kekulé para sugerir que en Italia, no China, es donde comenzó la pandemia del coronavirus. En algunos titulares de noticias chinos, han aparecido fotos de él con la frase:»¡China es inocente!». Así lo reseña un reportaje de Javier C. Hernández para el NY Times.
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El Dr. Kekulé, quien ha dicho repetidamente que cree que el virus apareció por primera vez en China, se sorprendió. «Esto es pura propaganda», dijo en una entrevista.
Enfrentadas a la ira global por el mal manejo inicial del brote, las autoridades chinas ahora están tratando de reescribir la narrativa de la pandemia impulsando las teorías de que el virus se originó fuera de China.
En los últimos días, los funcionarios chinos han dicho que los alimentos envasados del extranjero podrían haber llevado inicialmente el virus a China. Los científicos han publicado un artículo con la hipótesis de que la pandemia podría haber comenzado en India. Los medios de comunicación estatales han publicado historias falsas que tergiversan a los expertos extranjeros, incluido el Dr. Kekulé y funcionarios de la Organización Mundial de la Salud, por haber dicho que el coronavirus provenía de otra parte.
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La campaña parece reflejar ansiedad dentro del oficialista Partido Comunista por el daño continuo a la reputación internacional de China provocado por la pandemia. Los funcionarios occidentales han criticado a Pekín por tratar de ocultar el brote cuando estalló por primera vez.
El partido también parece ansioso por la investigación que comenzó la Organización Mundial de la Salud sobre cómo el virus pasó de los animales a los humanos, un estudio importante, según los expertos, para evitar otra pandemia. China, que ha expandido enormemente su influencia en la OMS en los últimos años, ha restringido el esfuerzo al designar científicos chinos para liderar partes clave de la investigación.
Al difundir las teorías de que los extranjeros son responsables de la pandemia, el partido está implementando un libro de jugadas muy gastado. El gobierno chino rara vez está dispuesto a abordar públicamente sus propias deficiencias, y tiende a redirigir la atención a otros lugares para unir al país contra un enemigo común.
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Xi Jinping, ha liderado un vigoroso esfuerzo este año para minimizar los primeros fracasos de su gobierno en la crisis, argumentando en cambio que el éxito del partido en contener el virus muestra la superioridad de su sistema autoritario.
Si bien estudios recientes han indicado que el coronavirus puede haber infectado a personas en Estados Unidos y en otros lugares antes de lo que se pensaba, los investigadores aún creen que la explicación más probable es que comenzó a circular en China.
Edward Holmes, profesor de la Universidad de Sydney que ha estudiado el coronavirus, dijo que la idea de que el virus se originó fuera de China parecía estar ganando terreno con fines políticos. “Carece de credibilidad científica y solo alimentará aún más las teorías de la conspiración”, dijo.
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Como parte de sus esfuerzos por redirigir la atención hacia otros países, los académicos y funcionarios chinos han revivido en las últimas semanas otra teoría no probada: que los paquetes de alimentos congelados del extranjero llevaron el virus a China. Los funcionarios chinos dicen que han detectado el virus en carne de cerdo de Alemania, camarones de Ecuador, salmón de Noruega y otros productos.
