A dos meses de la muerte del astro del fútbol empieza correrse el velo en torno a la herencia que pudo dejar después de una vida de excesos multimillonarios. Según diversas versiones, buena parte del patrimonio que legó se compone de los ingresos que obtuvo de negocios con el chavismo. La militancia revolucionaria de Maradona tuvo una contrapartida en jugosas comisiones por contratos de importación de alimentos en favor de una compañía italiana, sobre todo entre 2015 y 2019, cuando el hambre se enseñoreaba en el país y el mítico ‘Pelusa’ cobró millones de dólares. Así lo reseña un reportaje de Roberto Deniz para Armando.Info
El martes 25 de noviembre de 2020 Diego Armando Maradona no pudo regatear a la muerte. A la conmoción inicial, le siguió la inmediata consagración del mito que empezó a formarse en arrabales de Buenos Aires y Nápoles, tanto como en las canchas de fútbol.
A dos meses de su fallecimiento, ya casi disipada la ola de éxtasis y nostalgia que barrió el planeta futbolístico, en el mundo real se abre paso una discusión algo más prosaica en torno a su figura: cuál es el patrimonio que dejó a sus herederos y qué parte de él corresponde a los ingresos que el astro argentino obtuvo de sus negocios con el régimen de Nicolás Maduro.
Durante los últimos años de su magra carrera como Director Técnico, en la que nunca obtuvo título alguno, a menudo llevaba puesta una gorra alusiva a la autodenominada Revolución Bolivariana de Venezuela, en estadios de México, Emiratos Árabes Unidos y la propia Argentina. También se le vio bailar cumbia sobre una tarima en el mitin de cierre de la campaña presidencial de Maduro en mayo de 2018.
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Ahora se sabe que ese y otros gestos de Maradona de apoyo al chavismo fueron retribuidos con comisiones en dólares por cada tonelada de alimentos que la compañía italiana Casillo Commodities le vendió al ministerio de Alimentación venezolano.
Esa gratificación empezaría muy temprano en el gobierno de Nicolás Maduro. De hecho, cuando el sucesor de Chávez todavía no cumplía ni dos meses en el palacio presidencial de Miraflores: el 29 de mayo de 2013, Casillo Commodities fichó a Maradona por diez años. A diferencia de las contrataciones en su época dorada de futbolista, aquí el argentino no tenía que meter goles, ni ganar títulos. Su misión, en realidad, era otra: la de un comisionista. Por cada venta que lograra con los regímenes siameses de Caracas y La Habana, Casillo garantizaba a Maradona comisiones de 1,8 dólares por cada tonelada métrica de materias primas y hasta 3% del precio de venta de productos terminados.
En el contrato la tarea de Maradona quedó así descrita: realizar una “actividad meramente ocasional de señalación de sujetos interesados en el desarrollo de relaciones comerciales con Casillo, o en su caso, de negocios relativos a la venta de productos y géneros agroalimentarios, organizando encuentros y reuniones y ofreciendo todo tipo de apoyo en la gestión de las relaciones con los sujetos señalados”.
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Ese pacto, revelado ahora, es la confirmación de que el exfutbolista fue más allá del simple lobby al percibir una contraprestación económica, al tiempo que el chavismo y el castrismo usaban la marca Maradona con fines propagandísticos. Ese acuerdo completa una operación en la que tal y como adelantó Armando.Info en 2019 también juega Valerio Antonini, un bróker de materias primas agrícolas, representante en Venezuela de Casillo, pero más importante aún, amigo de Maradona, como quedó plasmado en la dedicatoria de uno de los libros del exfutbolista o en un mensaje de felicitación publicado por Maradona en mayo de 2020 en su cuenta de Instagram.