Venezuela aumenta su percepción como país corrupto, mientras continúa descendiendo su calificación en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), al registrar en 2020, año marcado por la pandemia mundial de COVID-19, unos escasos 15 puntos en una escala de 100. En la evaluación anterior, el país obtuvo una puntuación de 16. Desde 2012, la nación suramericana cae en las posiciones, y ha pasado del puesto 165 al 176, para ubicarse entre los cinco países con más bajo desempeño, y tener la tercera calificación más baja. Además, Venezuela es percibido como el país más corrupto del continente americano. Con información de Transparencia Venezuela.
Índice CCC: Venezuela es el país con menos capacidad para combatir la corrupción
La edición 2020 del IPC, difundida por Transparencia Internacional, clasifica a 180 países y territorios por sus niveles percibidos de corrupción en el sector público, basándose en 13 evaluaciones y encuestas a expertos y empresarios. Utiliza una escala de cero (corrupción elevada) a cien (corrupción inexistente). Dinamarca y Nueva Zelanda encabezan este año el índice, con 88 puntos. Mientras, Siria, Somalia y Sudán del Sur están al final con 14, 12 y 12 puntos, respectivamente. Las otras dos peores calificaciones.
El IPC 2020 revela que la corrupción está socavando los sistemas sanitarios y contribuyendo al retroceso democrático en plena pandemia de COVID-19. «La COVID-19 no es solo una crisis sanitaria y económica: es una crisis de corrupción. Y no la estamos superando», ha declarado Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional. «Hasta donde alcanza la memoria, ningún año ha puesto a prueba a los gobiernos como el que ha pasado, y aquellos que tienen los niveles más altos de corrupción han demostrado menor capacidad para afrontar el reto. Pero, incluso los países que ocupan los primeros puestos del índice tienen la obligación urgente de reconocer su papel en perpetuar la corrupción dentro y fuera de sus países».
Venezuela sigue posicionado en el último lugar del Índice de Libertad Económica en el mundo (2020)
El informe apunta que la corrupción constituye una gravísima amenaza a la vida y al sustento de los ciudadanos, especialmente cuando se combina con una emergencia sanitaria. Existe una correlación entre la ausencia de corrupción en el sector público de un país y un mayor gasto en sanidad. Por otra parte, la corrupción también es generalizada en la contratación de material sanitario. Los países con los niveles más altos de corrupción también tienden a ser los más propensos a sufrir atropellos del estado de derecho y las instituciones democráticas durante la crisis de COVID-19.