Armando Info: Unos contratistas del chavismo se pasteurizan

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Producto de Lácteos Los Andes tras su expropiación con el sello "Hecho en Socialismo". Foto Archivo

A finales del año pasado, los rumores en las redes insistían en que «unos iraníes» habían tomado control de Lácteos Los Andes, la productora expropiada por Chávez en 2008. Pero la realidad tenía sus matices: sí eran musulmanes y con presuntas conexiones en Teherán, pero venezolanos de origen libanés, quienes a través de terceros se apoderaron de la compañía en 2020, como parte de la ola de reprivatizaciones camuflada por la figura de la «alianza estratégica». Se trata de los hermanos Khalil, viejos aliados oficialistas como tempranos sancionados por Washington. Aunque con fines de convertirse en proveedores de los Clap, esta es la segunda incursión en mercados de consumo masivo que se les conoce desde la compra de Eveba en 2003. Así lo reseña un reportaje de Marcos David Valverde para Armando Info.

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A pesar de lo que aconseja el proverbio, el madurismo, la más reciente etapa de la autodenominada Revolución Bolivariana, se esfuerza en recoger la leche derramada. Si en un caso favoreció la venta en 2019 de Corporación Inlaca a Alex Saab -factor comercial predilecto y también, de repente, representante diplomático del régimen de Caracas-, el año pasado adjudicó otra empresa del sector, Lácteos Los Andes, a Majed Khalil Majzoub, un empresario afín de vieja data.

Con la piñata de activos agroindustriales expropiados alguna vez por el comandante Hugo Chávez, Nicolás Maduro abraza el pragmatismo más rampante para hacer favores a empresarios amigos y, de paso, tratar de reactivar una capacidad productiva puesta en hibernación por la ineficacia de la administración socialista.

Es el caso de Lácteos Los Andes. Fundada en 1984, llegó a tener una participación importante en las categorías de productos refrigerados como leche, yogures, jugos y gelatinas, entre otros. En 2008 Chávez la expropió. Los grandiosos planes del presidente fallecido confiaban a Lácteos Los Andes, por ejemplo, la provisión de materia primera para producir y distribuir en Venezuela los famosos helados cubanos de la marca Coppelia. Bajo el sello de “Hecho en Socialismo” siguió distribuyendo sus productos, hasta que la variedad del catálogo fue desapareciendo primero y, luego, al final, las máquinas prácticamente se apagaron.

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Ya en el ocaso de Lácteos Los Andes, apareció Majed Khalil Majzoub en su rescate.

Junto a Khaled, su hermano mayor, Majed Khalil conforma una dupla que temprano despuntó como anticipo de la nueva clase empresarial que se conformaría con el chavismo. Aunque de imperturbable bajo perfil, en 2003 llamaron la atención al comprar Eveba, una marca tradicional de pescado enlatado. Era su primera expansión en mercados de consumo masivo -hasta entonces se desenvolvían en negocios B2B de equipos tecnológicos de seguridad, militares, industriales y energía, como todavía lo hacen- que dio pábulo a todo tipo de versiones acerca de sus vínculos con jerarcas del oficialismo.

Los hermanos de origen libanés han tenido sus reveses, y no solo en términos de rumores y mala prensa. En 2010, Majed pasó una breve temporada en los calabozos de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM). En 2014, la entonces fiscal general, Luisa Ortega Díaz, hoy en el exilio, anunció la apertura de una investigación contra él, bajo la sospecha de haber cometido ilícitos cambiarios. Tan temprano como en 2004, se supo que Estados Unidos le había retirado la visa a Majed Khalil, a cuenta de sus presuntas actividades de lavado de dinero y vínculos con el extremismo islámico.

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Pero sus negocios marchan viento en popa, ahora y desde que hace 22 años zarparon, al mismo tiempo que el régimen chavista. Ello dio base a Majed Khalil para presentarse en 2020 como el mejor postor por la desahuciada Lácteos Los Andes. Aunque a través de terceras personas.

Lea el reportaje completo AQUÍ

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