Roberto Saviano: “Lo que ha mantenido unidas a Ucrania y Rusia ha sido la mafia”

Según la ONU la ganancia anual de estas mafias por la exportación de heroína a China es de US$1.000 millones, 8.000 millones por la mediación de la venta de heroína afgana y 620 millones por la madera rusa talada ilegalmente para el mercado chino de la construcción.

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El ucraniano Semyon Mogilevich es uno de los dos jefes de la mafia rusa Solncevskaja bratva. Foto cortesía El Mundo/Tass

El periodista italiano Roberto Saviano analiza el papel de las organizaciones mafiosas en la guerra de Ucrania y Rusia: Entender cómo se comportan los clanes mafiosos es entender la guerra, señala en un artículo publicado en El Mundo.

La mafia rusa y la ucraniana siempre han sido gemelas. La rusa más importante, la Solncevskaja bratva, está gobernada por una diarquía: el ruso Sergej Michajlov, conocido como Michas, y el ucraniano Semyon Mogilevich, apodado El Cerebro.

Según la ONU la ganancia anual de estas mafias por la exportación de heroína a China es de US$1.000 millones, 8.000 millones por la mediación de la venta de heroína afgana y 620 millones por la madera rusa talada ilegalmente para el mercado chino de la construcción.

Sin embargo, la gran alianza política ruso-ucraniana en las últimas décadas ha sido el gas. La empresa de intermediación de gas RosUkrEnergo (con sede en Suiza y cuyo 50% de las acciones son del gigante ruso Gazprom), fue creada en 2004 por el expresidente ucraniano Leonid Kuchma y por Vladimir Putin. Transportaba gas desde Turkmenistán a Naftogaz, la compañía nacional de petróleo y gas de Ucrania. Naftogaz tenía que comprar a esta firma rusa y tenía que vender gas sólo en Ucrania. RosUkrEnergo, que vendía gas a los ucranianos, lo vendió a un precio más alto que el precio de mercado y, entre otras cosas, les obligó a dárselo gratis a las áreas prorrusas de Crimea y Donbas, señala Saviano.

La alianza se basó en tres pilares: Mogilevich, el jefe ucraniano en la cúspide de la mafia rusa, el apoyo de Vladimir Putin y el de Dmytro Firtash. Este último fue el intermediario entre Gazprom y el primer ministro ucraniano (de 2002 a 2007 y luego de 2010 a 2014) Viktor Yanukovich.

La alianza mafiosa bajo el poder de Solncevskaja bratva no sólo garantizó la distribución de los dividendos de RosUkrEnergo ( 1.753 millones de dólares de 2005 a 2007) sino que al robar el gas en tránsito a través de Ucrania hacia otros países permitió que las diversas bratvas mafiosas lo vendieran de contrabando a empresas importadoras de gas de todo el mundo.

Hicieron dinero con gas legal y gas robado. Ucrania fue tratada como una colonia de la que extraer grandes rentas sin pagar impuestos; los fondos fueron depositados en paraísos fiscales internacionales.

La periodista rusa Yuliya Polukhina hace un claro resumen: «Los beneficiarios de esta guerra son los políticos, los oligarcas y los mafiosos. Carbón, oro, gasolina y tabaco. Esto es por lo que están luchando en el este de Ucrania». La conquista del Donbas y Crimea sirvió sobre todo para proteger el negocio de la mafia. Los aliados han provocado una insurrección para crear repúblicas autónomas en Donetsk y Lugansk, pero no son más que repúblicas de miembros de la mafia, gobernadas por poderes de Moscú.

Cuando Putin acusa a las autoridades ucranianas las define como una «banda de drogadictos y neonazis». Cuando los llama «drogadictos» se refiere claramente al papel que juega Ucrania en la economía del narcotráfico, pero intenta ignorar que es la mafia rusa quien la organiza. Pero, ¿podría haber más? ¿Están los cárteles ucranianos retirando su histórica alianza con las bratvas de Moscú? ¿Está la mafia ucraniana dividida como el país? ¿Ha decidido no someterse a los grupos de Crimea para escapar del dominio de las familias de Donetsk? Este es el verdadero problema y tendremos respuestas en las próximas horas.

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