Utilizar el metro de Caracas significa una peripecia; La precaria situación, el deterioro y el mal servicio han llegado a tal punto que ya no sorprende que alguien diga que prefiere tomar el autobús antes que el metro para llegar a su destino, en una ciudad donde el tráfico de automóviles puede ser complicado.
Cuando fue inaugurado en 1983, el Metro de Caracas se presentó con el eslogan de “la gran solución para Caracas”, una ciudad caracterizada desde mitad del siglo pasado por tener un transporte público caótico, en medio de los signos de modernidad que la marcaron en aquellos años, producto del boom petrolero. Y es que realmente el Metro fue una solución. Muchos caraqueños recuerdan de forma anecdótica que en aquel entonces dentro de las instalaciones del Metro los ciudadanos asumían lo que coloquialmente se llamó la «actitud Metro», es decir, un comportamiento cívico ejemplar, gracias a las campañas de concientización y también a la eficiencia y excelencia del servicio que se percibía y disfrutaba a diario.
Corrupción en el Metro: Haiman El Troudi y los sobreprecios de Odebrecht y Alstom
Para febrero de este año en la Línea 1 operaban solo 12 trenes de una flota de 48, en la Línea 2 funcionaban nueve de 22; y en la Línea 3 solo había cuatro operativos. Con esa cantidad de trenes, el Metro debe transportar a dos millones de usuarios al día, según cifras de la Alcaldía de Caracas, reseñó el portal Tal Cual Digital.
De 123 escaleras mecánicas que hay en las estaciones de la Línea 1 solo funcionan 46. De las 100 que existen en la Línea 2, operan 45 y de las 55 que hay en la Línea 3 sirven 25. En el caso de los ascensores, ubicados en las estaciones para facilitar el desplazamiento a las personas con discapacidad, casi el 100 % están fuera de funcionamiento por falta de repuestos.
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En los últimos 20 años, el ritmo de construcción de estaciones del Metro de Caracas se redujo 70%. De acuerdo a los planes iniciales, en 2010 el Metro de Caracas debía tener seis líneas, más de 130 trenes, 98 estaciones y cuatro líneas suburbanas. «El ritmo de ejecución del Metro se redujo de 2,24 kilómetros a 0,68 kilómetros por año. La compañía pasó de construir 2.11 estaciones anuales a 0.47», señaló Transparencia Venezuela en el informe La corrupción conspira bajo tierra.
Desde comienzos del siglo XXI, el régimen chavista puso en manos de la constructora Odebrecht lo que serían las obras de expansión del sistema Metro. Entre ellas estaba la construcción de la Línea 5, destinada a conectar el norte y el sur de la ciudad. Finalmente, la Línea 5 se inauguró a finales de 2015, incompleta, y en medio del escándalo de sobornos que sacudió a la empresa brasileña. Más tarde, en 2017, la Asamblea Nacional legítima, electa en 2015, realizó una investigación en torno a las construcciones del Metro, la cual arrojó que las obras de la Línea 5 se asignaron con un sobreprecio de 1.201%, lo que representó un perjuicio para el patrimonio público por el orden de los 3.7 millardos de dólares.
Otra de las muestras de la corrupción que envuelve al Metro de Caracas durante el chavismo son las obras para el tramo que conectaría Caracas con las ciudades dormitorio Guarenas y Guatire. Al día de hoy, el Metro de Guarenas-Guatire es solo un sueño para los habitantes de esta zona del Área Metropolitana de Caracas, que pueden demorarse entre 1 y 2 horas para llegar a sus lugares de trabajo por los atascos del tránsito. Y al igual que en la Línea 5, el Metro Guarenas-Guatire tuvo un sobreprecio de 744 %, de acuerdo a la Asamblea Nacional de 2015.