Tareck El Assami, ministro de Petróleo del régimen de Nicolás Maduro, dijo haber entregado nuevas pruebas a la Fiscalía General en el caso del llamado «megarrobo a Pdvsa«, en el que se acusa a Rafael Ramírez, expresidente de la estatal petrolera.
En una rueda de prensa informó que por este delito, además de los ya mencionados en comparecencias anteriores, está involucrado el cuñado de Ramírez, Baldo Sansó.
Señaló que las auditorías realizadas por KPMG en 2012 y 2013, que defendió Ramírez, contenían elementos que lo incriminaban. El Assaimi subrayó que los documentos muestran cómo PDVSA se lucraba con empresas privadas no financieras.
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«Se confiesa en un informe financiero que una empresa estatal pública recibe financiamiento de entidades privadas no financieras. Se confiesa el delito que se cometió al recibir una presunta línea de crédito en bolívares de una entidad privada que no es financiera».
Según el funcionario, este dinero fue a parar a una cuenta en un banco extranjero de los hermanos Oberto Anselmi, que después se repartió «como un botín», y nombró específicamente a Alejandro Betancourt.
El Assami también explicó que en su confesión el exjefe de finanzas de PDVSA, Víctor Aular, describió otros presuntos delitos. Entre ellos estaría la entrega de licencias o concesiones a transnacionales petroleras, por lo que Rafael Ramírez recibía el pago de comisiones, subrayó.