Camilla Fabri se encuentra en Venezuela pero todo indica que las autoridades italianas también emitirán una orden de captura en su contra. Mientras tanto, los familiares que la ayudaron a ocultar 50 millones de euros del dinero de su marido Alex Saab Moran con empresas ficticias, van a juicio.
No estarán dos de los principales imputados, pero sí el juicio por la maxi operación internacional de blanqueo de capitales con la que la ex vendedora y aspirante a modelo Camilla Fabri habría favorecido a su marido Alex Naim Saab Morán a través de una red de testaferros que incluía a su hermana, padres, tíos, tías. El juez, si bien reconoció el no enjuiciamiento contra la joven de 27 y su cuñado Lorenzo Antonelli, ordenó la acusación de todos los demás imputados de haber contribuido de diversas formas a ocultar el enorme patrimonio del empresario colombo-libanés cercano al presidente venezolano Maduro desde hace dos años detenido en Estados Unidos por cargos de corrupción en la ayuda alimentaria.
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Camilla Fabri y su cuñado Antonelli abandonan el juicio al menos por ahora porque el juez de instrucción rechazó la solicitud de enviarlos a prisión durante la fase de instrucción, optando por el arresto domiciliario. Con esta medida no pueden ser capturados en el extranjero -ambos se refugiaron en Venezuela, la primera vía Rusia, el otro vía Emiratos Árabes Unidos. Una maraña procesal que, al menos formalmente, la Fiscalía subsanará con un escrito de cartas internacional e implicando a la Interpol. En cuanto a si el gobierno de Caracas querrá entregar alguna vez a la esposa del hombre que se hace pasar por un héroe que ha desafiado las sanciones internacionales con fines humanitarios, hay dudas.
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Camila Fabri lidera una campaña en Venezuela por la liberación de Saab Morán y, según algunos periódicos locales de la oposición, está siendo «rehén» para evitar que su marido, al colaborar con la justicia estadounidense, revele la tapadera de la que ha gozado entre los funcionarios de Maduro (también tiene pasaporte diplomático, aunque no es venezolano).
Así comparecerán ante el juez las tías de la joven de 27 años, Patrizia y Arianna Fiore, titulares, de la noche a la mañan, de empresas extranjeras con la declarada tarea de «firmar cosas, abrir cuentas». Desde su iPhone incautado por los agentes financieros de la Unidad de Divisas, Arianna Fiore, por ejemplo, dispuso pagos de cinco cifras cero como una operadora financiera experimentada: 687.720 euros a favor de Gida Sanayi por Mirona Food, mercancía transportada en el banco turco Finans Katilim, 720 mil euros para Klk Altin Sarrafiye en liquidación de un supuesto suministro de ketchup y mayonesa, entre decenas de otras operaciones.
A ambos se les imputa el agravante de transnacionalidad. La situación del resto de imputados es menos grave, incluidos los padres de Fabri que presuntamente ayudaron a su hija a tejer la red con la que ocultó (invirtiendo también en la compra de una casa en Via Condotti), 50 millones de euros.