Brasil está desplegando a cientos de policías y soldados para expulsar a los mineros ilegales acusados de provocar una crisis humanitaria en las tierras indígenas yanomami, mientras miles de invasores comenzaron a huir por su cuenta, informaron las autoridades. Con información de AFP.
Según el ministro de Justicia de Brasil, Flavio Dino, las autoridades estiman que alrededor de 15.000 personas invadieron ilegalmente la región amazónica protegida, donde los indígenas han acusado a los mineros ilegales de oro de asesinar y violar a miembros de sus comunidades, contaminar el agua con mercurio y provocar una crisis alimentaria al destruir la selva.
Fiebre del oro amenaza a la última gran tribu aislada en el Amazonas entre Brasil y Venezuela
Dino señaló que miles de mineros comenzaron a huir solos después de que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ordenara la semana pasada una zona de exclusión del espacio aéreo sobre la reserva, para evitar la circulación de las avionetas que los mineros usan para transportar alimentos y suministros.
El ministro de Justicia brasileño celebró el éxodo, asegurando que el gobierno prefiere que los invasores se retiren pacíficamente, “sin conflictos”.
Pero advirtió que esto no los dejará impunes.
“Todos aquellos que cometieron delitos como genocidio, crímenes ambientales, financiación de minería ilegal y lavado de dinero” serán procesados, afirmó en una conferencia de prensa en Brasilia.
La reserva yanomami, ubicada en la frontera con Venezuela, es la mayor tierra indígena de Brasil, con 96.000 km2.
La policía abrió una investigación por posibles crímenes contra miembros de la etnia yanomami, incluido el de “genocidio”, después de que las fotos de niños gravemente desnutridos causaran impacto internacional.
La minería ilegal aumentó abruptamente durante el mandato del ex presidente Jair Bolsonaro (2019-2022), un defensor de la apertura de las tierras indígenas para esa actividad.
