Annette Alstadsæter, una valiente académica noruega y profesora de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida, ha enfrentado amenazas y preocupaciones por su seguridad debido a su trabajo revolucionario. A pesar de los riesgos, ha arrojado luz sobre el tema del blanqueo de dinero, lo que potencialmente ha molestado a intereses poderosos. Su tesis es simple pero profunda: en el pasado, aquellos que deseaban ocultar su riqueza se dirigían a países con leyes de secreto bancario, donde sus fortunas podían permanecer ocultas. Con información de La Vanguardia.
Sin embargo, los tiempos han cambiado y el sistema financiero global ahora incluye mecanismos como el intercambio automático de datos financieros, implementado por organizaciones como la OCDE. Como directora del prestigioso centro de investigación fiscal de su universidad, Alstadsæter ha dirigido su atención al sector inmobiliario.
Presentando su argumento en un evento reciente organizado por el Institut d’Economia de Barcelona (IEB), destacó cómo las propiedades se han convertido en una vía cada vez más popular para blanquear dinero procedente de transacciones ilícitas. No todos los países cuentan con registros de propiedad exhaustivos y, aun aquellos que los tienen, no están dispuestos a intercambiar información con terceros países, especialmente de forma automática.
Para empeorar las cosas, las regulaciones existentes permiten a los propietarios de activos inmobiliarios ocultarse detrás de una cadena de empresas pantalla. En consecuencia, puede ser difícil determinar el verdadero propietario de una propiedad.
«Hemos perdido de vista la batalla. En el pasado, bastaba con hacer un viaje a Suiza con una maleta. Ahora, invertir en el sector inmobiliario es más efectivo, contribuyendo a la inflación de los precios de la vivienda y permitiendo un mayor ocultamiento de fondos», explica Alstadsæter. Ella enfatiza que el mercado inmobiliario ofrece un entorno relativamente seguro y estable para estacionar dinero, dado la ausencia de un registro global unificado.
Alstadsæter plantea una preocupación significativa: cuando se utiliza dinero oculto o de origen ilegal para comprar activos estratégicos, como puertos o instalaciones logísticas, se pone en riesgo la seguridad de un país. Este riesgo se aplica a cualquier ciudad en todo el mundo. «Oslo o Londres podrían considerarse nuevos paraísos fiscales», advierte.
El informe «Dubái Uncovered» revela que más de la mitad del valor de los inmuebles en Dubái pertenece a propietarios «no identificados».
Además, muchas propiedades no se declaran a las autoridades fiscales, y Dubái no participa en el intercambio de información financiera en el sector inmobiliario. Los Emiratos Árabes Unidos se han convertido en un destino preferido para empresas multinacionales, utilizando la estrategia de la «patata caliente» para desviar grandes cantidades de dinero a través de Holanda. Esto ha llevado a la adquisición de propiedades de lujo en Dubái.