El Fondo Monetario Internacional (FMI) plantea dudas sobre la efectividad de la prohibición de criptoactivos a largo plazo, según un informe reciente. En lugar de tomar medidas drásticas, el FMI sugiere que América Latina y el Caribe (ALC) se enfoquen en abordar los factores impulsores de la demanda de criptomonedas. Con información de Cointelegraph.
En un informe reciente sobre la situación en América Latina y el Caribe, el FMI destaca la diversidad de enfoques adoptados por los gobiernos locales para abordar la adopción de criptomonedas y monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC). Según el organismo, si las CBDC están bien diseñadas, pueden fortalecer la usabilidad, la resiliencia y la eficiencia de los sistemas de pago, así como aumentar la inclusión financiera en la región.
El FMI subraya la necesidad de encontrar un equilibrio adecuado en la regulación de las criptomonedas. Aunque reconoce los riesgos asociados con estas nuevas formas de dinero digital, también destaca su potencial para fomentar la inclusión financiera y mejorar la eficiencia en los sistemas de pago.
En lugar de prohibir por completo los criptoactivos, el FMI sugiere que la región se enfoque en abordar los impulsores de la demanda de criptomonedas, como las necesidades insatisfechas de pago digital de los ciudadanos, y mejorar la transparencia mediante el registro de las transacciones de criptoactivos en las estadísticas nacionales.
El FMI destaca a países de América Latina y el Caribe, como Brasil, Argentina, Colombia y Ecuador, como líderes en la adopción de activos digitales y en la regulación progresiva de las criptomonedas.
En su informe, el FMI también menciona dos países que han tomado medidas significativas en este ámbito. El Salvador, que desde septiembre de 2021 ha reconocido al bitcoin como moneda de curso legal, generando un amplio debate y marcando un hito en la historia de las criptomonedas. Además, Bahamas fue pionero al lanzar su propia CBDC, conocida como el Sand Dollar, en octubre de 2020.