La minería de criptomonedas es una actividad destacada y rentable en el sector, pero también es aprovechada por grupos criminales para el lavado de dinero. Este fenómeno se debe a que la minería proporciona una forma de adquirir dinero con un origen aparentemente limpio. Países como Irán han recurrido a la minería de criptomonedas para acumular capital sin pasar por el sistema financiero tradicional. Con información de Forbes.
Según un informe de Chainalysis, se han detectado transacciones sospechosas en el ámbito de la minería de criptomonedas. Se han enviado grandes sumas de dinero procedentes de direcciones de ransomware y de pools de minería a exchanges convencionales. El ransomware es una forma de ataque cibernético en la que los hackers bloquean el acceso a los archivos o sistemas de una persona o empresa y exigen un rescate para liberarlos. Esto plantea la posibilidad de un sofisticado intento de lavado de dinero, en el que los fondos del ransomware se canalizan a través de fondos de minería para evitar las alarmas de cumplimiento en los exchanges. De esta manera, se oculta el origen de los fondos y se crea la ilusión de que provienen de la minería en lugar del ransomware.
A medida que la industria de la minería de criptomonedas crece exponencialmente, se espera un aumento en los casos de lavado de dinero.
Chainalysis ha observado un aumento constante en el valor enviado desde monederos de ransomware a fondos de minería. También se han detectado movimientos de criptomonedas desde monederos de ransomware a direcciones de depósito de exchanges que reciben grandes fondos de minería.
Para abordar este problema, es necesario que los fondos de minería y los servicios de hashing implementen medidas más estrictas de detección de monederos y utilicen el análisis de la blockchain para verificar el origen de los fondos de los usuarios. Además, las bolsas deben tener en cuenta el perfil de exposición de los monederos que reciben fondos. Estas acciones ayudarían a negar a los delincuentes el acceso al lavado de dinero y garantizar que la minería, una funcionalidad básica de las blockchains, no se vea comprometida.