El informe más reciente del Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción (CCC) reveló datos alarmantes sobre la situación en Venezuela, Bolivia y Guatemala. Estos países han experimentado un preocupante deterioro en la lucha contra la corrupción, reflejando así la fragilidad de sus democracias y la falta de voluntad política. Con información de Infobae.
El CCC, una herramienta analítica presentada anualmente por el Consejo de las Américas y Control Risks, ha revelado por primera vez una disminución del promedio regional, con retrocesos en 10 de los 15 países clasificados.
Este índice evalúa la capacidad de los países de la región para detectar, castigar y detener la corrupción. Los países con una puntuación más alta tienen más posibilidades de enjuiciar y sancionar a los actores corruptos. Lamentablemente, los países ubicados en la parte inferior de la clasificación son más propensos a la impunidad.
En esta edición del CCC, Uruguay con un puntaje de 6,99 se sitúa como el país mejor capacitado para combatir la corrupción, seguido por Costa Rica y Chile. Por otro lado, Guatemala con 2,86 puntos, Bolivia con 2,56 y Venezuela con 1,46 ocupan los últimos lugares en la lista, mostrando las mayores caídas en sus puntajes durante el último año.
El deterioro en la capacidad de controlar la corrupción tiene graves implicaciones para la calidad de la democracia y las perspectivas económicas en estos países. Socava la confianza en las instituciones y favorece propuestas populistas y polarizadoras. Además, debilita la confianza de los inversores, según explica Theodore Kahn, director asociado de Control Risks.
Aunque la corrupción no es el único desafío que enfrentan estos países, también deben lidiar con la delincuencia y las dificultades económicas. El entorno anticorrupción se ha vuelto menos activo y movilizado en comparación con años anteriores, y continúa erosionándose poco a poco.
El informe destaca que el descenso en Guatemala es resultado de la frágil situación democrática y la falta de voluntad política para combatir la corrupción y la impunidad. En Venezuela, el control del oficialismo sobre las instituciones públicas ha contribuido a su baja puntuación en el índice. El país sufre un proceso de deterioro institucional y erosión de la democracia, permitiendo al partido oficialista cooptar o eliminar los controles y contrapesos del sistema democrático.
Es preocupante que países como México también hayan experimentado una disminución en su puntuación anual de manera constante, sumándose a los desafíos en la lucha contra la corrupción en la región.
