La dirección de Banca Privada d’Andorra (BPA) estuvo involucrada en actividades ilícitas relacionadas con Venezuela. En 2015, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos denunció a BPA por actuar como vehículo para el blanqueo de capitales y de “proveer servicios para personas y organizaciones vinculadas al crimen organizado, la corrupción y el contrabando”. Con información de El País.
Según correos electrónicos de ex empleados incluidos en un informe de PwC, BPA utilizó métodos ilegales para atraer clientes a Estados Unidos y transferir cientos de millones de forma irregular a Andorra. También se menciona el envío prohibido de tarjetas Visa a algunos clientes.
En los correos electrónicos se revela que la dirección del banco estaba al tanto de estas prácticas y las calificaba como «delito», «ilegal», «camuflaje» o «situación irregular». Advierten sobre las consecuencias penales de estos procedimientos, como prisión o inhabilitación.
Además, se menciona que entre los clientes de BPA se encontraban la trama de Odebrecht y el grupo de exdirigentes chavistas que saquearon más de 2.000 millones de dólares de la empresa estatal venezolana Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).
Los correos también revelan que los empleados temían las inspecciones de los reguladores y reconocían la mala conducta en sus cartas. Se menciona la obsesión por evitar fugas de datos y la destrucción de discos duros para garantizar la seguridad fiscal y penal.
El informe de PwC indica que las supuestas prácticas irregulares contaban con el conocimiento y consentimiento de la dirección de BPA. Además, menciona que varios bancos corresponsales dejaron de trabajar con BPA debido a la entrada de fondos de dudosa procedencia.
Los directivos del banco han sido acusados de blanqueo de capitales en varios casos en Andorra, y se menciona que Joan Pau Miquel, expresidente ejecutivo de BPA, está imputado en el caso que investiga la red de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.