El mundo del crimen organizado es un imperio en la sombra, manejando lujosos bienes como coches deportivos, oro y tecnología de punta. Sin embargo, apenas un mínimo porcentaje de sus ganancias ilícitas termina decomisado y entregado al Estado. Este desafío es el epicentro de una batalla legal constante. Con información de La Tribuna de Ciudad Real.
El fiscal Francisco Jiménez Villarejo revela una estadística desalentadora: de unos 139 billones de euros de ganancias delictivas en la Unión Europea, solo se logra embargar y recuperar alrededor de un uno por ciento. Esta enorme diferencia entre lo ganado ilegalmente y lo decomisado es el mayor reto para los operadores jurídicos.
A pesar de esta realidad, se vislumbra una luz de esperanza gracias a nuevos instrumentos legales surgidos en el siglo XXI, provenientes principalmente de la Unión Europea. Estos instrumentos están diseñados para agilizar la recuperación de activos a nivel transnacional, aunque su aplicación directa presenta desafíos para fiscales y jueces españoles.
Las cumbres judiciales reúnen a fiscales especializados en narcotráfico, abordando la gestión de bienes confiscados en causas penales relacionadas con blanqueo de capitales, tráfico de drogas y corrupción. Organismos como la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (Orga) en Algeciras se enfocan en minar la productividad de las bandas criminales actuando sobre sus bienes ilícitos.
En Andalucía, el escenario no es menos desafiante: con más de 854 intervenciones relacionadas con acciones ilícitas, un tercio de estas derivan en investigaciones de blanqueo de capitales. La fiscal Ana Tárrago resalta el aumento del tráfico de armas, incluso fusiles de asalto, y la presencia de vigilantes armados en áreas de cultivo de marihuana.
Aunque se han incrementado las detenciones y decomisos de droga, la complejidad radica en desmantelar los entramados patrimoniales de estas organizaciones, especialmente cuando se trata de bienes volátiles como las criptomonedas.
El desafío persiste, pero la lucha contra el crimen organizado avanza con nuevos instrumentos legales y un enfoque incansable para minar sus recursos ilícitos.