Interpol ha detenido a 300 personas en 21 países como parte de una operación policial dirigida contra organizaciones delictivas cibernéticas en África occidental, incluida la notoria banda Black Axe. Esta operación, que es una de las más grandes en la historia reciente de Interpol, también permitió la identificación de otros 400 sospechosos y el bloqueo de más de 720 cuentas bancarias utilizadas para actividades ilícitas. El desmantelamiento de estas redes criminales destaca el alcance global del cibercrimen y la necesidad de una respuesta coordinada a nivel internacional. Con información de Interpol.
Un aspecto preocupante de esta operación es la implicación de ciudadanos venezolanos en estas actividades delictivas. Según el informe de Interpol, Venezuela ha sido un país clave en las operaciones de estas organizaciones criminales, con varios ciudadanos venezolanos detenidos por su participación en estas redes. Las autoridades han identificado a múltiples individuos vinculados a actividades de lavado de dinero y fraudes cibernéticos, lo que subraya la creciente presencia de elementos criminales dentro del país.
En un caso destacado, la Operación Chacal III, llevada a cabo en Argentina, reveló una red criminal transnacional liderada por individuos de Nigeria que incluía a ciudadanos venezolanos entre sus miembros. La investigación, que duró cinco años, permitió la confiscación de 1,2 millones de dólares en superbilletes falsos y la detención de 72 sospechosos. Esta red utilizaba mulas de dinero para abrir cuentas bancarias en todo el mundo, y ahora está siendo investigada en más de 40 países por actividades relacionadas con el lavado de dinero.
La implicación de ciudadanos venezolanos en esta red es una muestra alarmante de la infiltración de estas organizaciones en el país. La operación de Interpol en África occidental ha expuesto no solo la extensión del cibercrimen en la región, sino también la participación significativa de ciudadanos de varios países, en estas actividades ilícitas. Esto pone de relieve la urgente necesidad de fortalecer las medidas de seguridad y cooperación internacional para combatir el cibercrimen, así como la importancia de abordar las raíces del problema dentro de las fronteras nacionales.