La función de Compliance está experimentando una revolución impulsada por la tecnología, que no solo reduce costos, sino que también mejora la eficacia de los programas de cumplimiento. La tecnología permite una comunicación instantánea en todos los niveles de la organización, lo que facilita al área de Compliance conocer de inmediato cuando un colaborador contrata un nuevo proveedor y aplicar la debida diligencia necesaria. Con información de Gestión.
Las plataformas colaborativas en la nube ofrecen un registro centralizado de las comunicaciones y documentos de Compliance, asegurando un acceso rápido y seguro según los permisos asignados. Este enfoque organizado y controlado de la información optimiza el cumplimiento de los objetivos regulatorios.
Los avances tecnológicos, como el uso de blockchain, mejoran la trazabilidad y autenticidad de la información, permitiendo un registro verificable de eventos digitales. Además, la automatización de procesos a través del Robotic Process Automation (RPA) alivia a los Compliance Officers de tareas rutinarias, permitiéndoles centrarse en una gestión más estratégica mediante el monitoreo de indicadores a través de dashboards.
La Inteligencia Artificial (IA) ha emergido como un aliado clave en esta función. La automatización cognitiva, que combina IA con capacidades de automatización, mejora la recolección de datos y la toma de decisiones, como la clasificación de riesgo de clientes y proveedores. La IA no solo reduce costos en Compliance, sino que también incrementa la precisión, permitiendo a los algoritmos de machine learning analizar grandes volúmenes de datos con rapidez.
La IA también tiene la capacidad de prever problemas antes de que ocurran, identificando indicadores de riesgo clave (KRI) para que el área de Compliance actúe a tiempo. Sin embargo, es fundamental recordar que la tecnología debe complementar la labor de los Compliance Officers, quienes aportan su criterio y experiencia insustituibles a la gestión de cumplimiento.
