Las autoridades estadounidenses han imputado al empresario venezolano Raúl Gorrín por su participación en una red que lavó 1.200 millones de dólares obtenidos ilícitamente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), a cambio de pagos de sobornos a funcionarios del régimen venezolano. Gorrín, propietario del canal de televisión Globovisión, está acusado de conspirar junto a otros para blanquear estos fondos mediante el uso del sistema financiero de Estados Unidos y cuentas bancarias en el extranjero, según informó el Departamento de Justicia.
De acuerdo con la acusación, entre 2014 y 2018, Gorrín y sus colaboradores pagaron millones en sobornos a funcionarios de alto nivel de Venezuela para obtener lucrativos contratos de cambio de divisas con PDVSA. Estos contratos generaron más de 1.000 millones de dólares en ganancias ilícitas, que fueron utilizados por el empresario y sus cómplices para adquirir propiedades de lujo, yates y otros bienes en Estados Unidos, señaló la fiscal general adjunta Nicole M. Argentieri.
Para encubrir el origen de los fondos, Gorrín y su red emplearon diversas empresas ficticias y cuentas en paraísos fiscales, lo que les permitió mover grandes sumas de dinero y ocultar el pago de los sobornos. Un gran jurado en el sur de Florida ha presentado cargos contra Gorrín por «conspiración para cometer lavado de dinero», delito que conlleva una pena máxima de 20 años de prisión.
No es la primera vez que Gorrín enfrenta acusaciones por corrupción. En 2018, ya había sido inculpado por su supuesta participación en otro esquema de lavado de dinero vinculado a pagos millonarios a extesoreros nacionales de Venezuela, con el fin de garantizarse contratos de cambio de divisas a tasas preferenciales. Actualmente, Gorrín sigue prófugo de la justicia estadounidense.