El sistema penitenciario venezolano enfrenta una nueva alarma sanitaria tras reportarse un brote de tuberculosis en el Centro Penitenciario de Tocorón, una de las cárceles más conocidas del país. Este brote ha generado una profunda preocupación entre los familiares de los reclusos y presos políticos, quienes exigen que las autoridades respeten el derecho a la vida y tomen medidas inmediatas para contener la enfermedad y proteger la salud de sus seres queridos.
Uno de los familiares de los presos políticos recluidos en Tocorón informó sobre la situación en una declaración telefónica a nuestro medio de comunicación, manifestando su preocupación por la salud de su familiar. “Hacemos un llamado para exigir que se respeten los derechos humanos de nuestros familiares, no es posible que tengan que sufrir en condiciones que atentan contra su vida y salud”, señaló. En su declaración, hizo un llamado urgente a las organizaciones de derechos humanos para que informen sobre esta alarmante situación y contribuyan a visibilizar la crisis sanitaria que atraviesa el penal.
La tuberculosis, que es prevenible y tratable, puede ser letal si no se atiende a tiempo y, en contextos de hacinamiento, puede convertirse en un foco de transmisión rápido. La situación en Tocorón ha encendido las alarmas en la comunidad, que demanda una respuesta urgente del Estado para garantizar la vida y salud de los reclusos y evitar que el brote se extienda.
Este brote de tuberculosis representa no solo un problema de salud pública dentro de los muros de Tocorón, sino también una llamada de atención sobre la necesidad de una reforma profunda y de mejoras en el sistema penitenciario nacional. Los familiares de los internos reiteran su clamor por el derecho a la vida y la dignidad de sus seres queridos, exigiendo acciones inmediatas que pongan fin a la crisis sanitaria en esta prisión.