La “flota en la sombra” de Rusia: una estrategia para evadir sanciones y financiar la guerra en Ucrania

La ‘flota en la sombra’ de Rusia evade sanciones internacionales mediante barcos privados y transferencias ilegales de petróleo, desafiando la seguridad geopolítica y ambiental en Europa

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Foto Archivo

Desde el inicio de la invasión a Ucrania, Rusia ha enfrentado una batería de sanciones económicas, con especial énfasis en su sector militar y energético. En respuesta, el Kremlin ha desarrollado lo que se conoce como la “flota en la sombra”, un sistema que utiliza barcos privados y métodos ilegales para sortear restricciones internacionales y continuar con el transporte de petróleo y otras mercancías clave. Con información de Cadena Ser.

La Unión Europea (UE) define esta “flota en la sombra” como una red de embarcaciones implicadas en operaciones ilegales, incluidas transferencias no autorizadas de petróleo ruso, sabotajes y actividades encubiertas que violan la legalidad internacional y las normas de seguridad. Este fenómeno se ha vuelto especialmente preocupante en el mar Báltico, donde países como Estonia, Finlandia y Lituania han denunciado sabotajes recientes, como el daño a un cable eléctrico submarino atribuido a un barco vinculado a Rusia.

Un sistema sofisticado de evasión

La Comisión Europea estima que Rusia ha invertido alrededor de 10.000 millones de dólares para desarrollar esta red de barcos. La estrategia incluye la adquisición de embarcaciones antiguas y el uso de banderas de conveniencia de países como las Islas Cook y Malta, complicando la identificación del origen ruso. Además, Moscú recurre a la transferencia de crudo en alta mar, donde el petróleo es traspasado a otros barcos para ocultar su procedencia.

Según Isaac Levi, experto del Centro de Investigación de la Energía (CREA), el 85% del petróleo ruso se transporta actualmente mediante esta “flota fantasma”, un incremento significativo frente al 20% registrado antes de la invasión a Ucrania. Este petróleo tiene como principales destinos Irán, China y Turquía, aliados clave de Rusia.

Riesgos estratégicos y medioambientales

Además del impacto económico, la “flota en la sombra” plantea riesgos geoestratégicos y medioambientales. Los países bálticos temen que estas embarcaciones se utilicen para sabotajes durante su tránsito por la región, lo que ha llevado a Estonia a solicitar mayor vigilancia de la OTAN y a Polonia a proponer una fuerza naval multinacional para patrullar el Báltico.

El uso de barcos viejos y sin seguros adecuados también supone un peligro ambiental. Levi relata cómo un petrolero de esta red causó un derrame en la costa de Escocia sin que se registrara una limpieza posterior.

Respuesta de la Unión Europea

La UE ha intensificado las sanciones contra esta red con medidas como la prohibición de entrada a puertos europeos para barcos sospechosos y la inclusión de embarcaciones específicas en listas sancionadas. Sin embargo, expertos consideran que estas acciones no son suficientes. Levi enfatiza que se deben prohibir por completo las operaciones de estos barcos cerca de costas europeas para limitar los beneficios económicos que Rusia obtiene de su comercio ilegal de petróleo, con los que financia la guerra en Ucrania.

Un desafío global

La “flota en la sombra” rusa no solo evidencia la capacidad de Moscú para adaptarse a las sanciones, sino también la necesidad de reforzar la cooperación internacional para combatir estas tácticas. Si bien la UE ha liderado los esfuerzos para desmantelar esta red, queda mucho por hacer para proteger tanto la estabilidad geopolítica como el medio ambiente.

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