México y EE.UU.: ¿un nuevo capítulo en la cooperación tras el envío de capos?

El traslado de 29 capos a EE.UU. marca un punto de inflexión en la relación bilateral. Mientras México busca aliviar la presión de Washington, la Casa Blanca mantiene su discurso de mano dura, dejando en el aire el futuro de la cooperación en seguridad

0
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo

El traslado de 29 líderes del narcotráfico mexicano a Estados Unidos ha marcado un punto de inflexión en la relación bilateral entre ambos países. Entre los detenidos se encuentra Rafael Caro Quintero, señalado como uno de los responsables del asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985. Aunque el fiscal general de México, Alejandro Gertz, ha enfatizado que no se trata de una extradición formal, el operativo, que movilizó a 3.500 agentes, responde a una creciente presión de la administración de Donald Trump para que México tome medidas más drásticas contra el narcotráfico y la migración irregular. Con información de El País.

El presidente estadounidense ha condicionado su política comercial con México a la efectividad de su estrategia de seguridad, amenazando con aranceles de hasta el 25% a las importaciones si no se combate con mayor dureza el tráfico de drogas. En respuesta, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha intensificado sus acciones, incluyendo reuniones de alto nivel en Washington encabezadas por el coordinador de seguridad, Omar García Harfuch. En paralelo, altos mandos del Ejército y la Marina han buscado garantizar a la administración Trump que México está cumpliendo con su parte del acuerdo.

México extradita a 29 narcotraficantes a EEUU en un operativo sin precedentes

El traslado de los 29 capos ha sido interpretado como un intento del gobierno mexicano por demostrar resultados concretos en la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, las dudas sobre la legalidad y las condiciones de este proceso han generado críticas. Gertz ha evitado detallar los términos exactos de la entrega, lo que deja en el aire interrogantes sobre si los detenidos enfrentarán la pena de muerte en Estados Unidos, una práctica que en el caso de extradiciones tradicionales suele estar descartada por acuerdo entre ambos países.

Este operativo también representa un cambio de estrategia respecto a la administración anterior, cuando el expresidente López Obrador limitó el papel de las agencias de seguridad extranjeras en México. La captura y entrega de estos capos podría interpretarse como un intento de restablecer la cooperación con EE.UU. en materia de seguridad, al tiempo que busca evitar sanciones económicas. No obstante, queda la duda de si esta acción será suficiente para calmar las exigencias de Trump o si, como ha sucedido en el pasado, el mandatario estadounidense seguirá presionando con nuevas demandas.

A pesar del impacto mediático del operativo, las incertidumbres persisten. México ha entregado a 29 de sus principales criminales, pero queda la pregunta de qué podrá ofrecer en futuras negociaciones si Trump decide redoblar la presión. Mientras tanto, el gobierno de Sheinbaum intenta desviar la atención hacia otros temas, como los funerales de Estado por Cuauhtémoc, último emperador azteca, en un acto simbólico que por un momento aleja el foco de la tensa relación con Washington.

Dejar una respuesta

Por favor, introduce tu comentario
Por favor, introduzca su nombre aquí