Albert Saniger, un empresario español de 35 años y fundador de la empresa tecnológica Nate, Inc., fue acusado por autoridades federales de Estados Unidos de haber engañado a inversores con afirmaciones falsas sobre el uso de inteligencia artificial (IA) en su aplicación de comercio electrónico. Según el Departamento de Justicia estadounidense, Saniger habría recaudado más de 40 millones de dólares prometiendo una tecnología que en realidad nunca existió. Con información de Observatorio Blockchain.
Las autoridades lo acusan de fraude electrónico y fraude de valores, cargos que conllevan una pena máxima de 20 años de prisión cada uno. De acuerdo con la acusación, Saniger aseguró que su plataforma utilizaba una IA patentada capaz de completar automáticamente compras en línea, desde la elección de tallas hasta el pago final, con solo un toque. Sin embargo, el sistema que promovía como automatizado funcionaba en realidad gracias al trabajo manual de cientos de personas contratadas en un centro de llamadas en Filipinas.
Un fraude envuelto en narrativa tecnológica
Fundada en 2018, Nate se presentó como una “solución revolucionaria” para simplificar el comercio electrónico. Saniger promovió la idea de que su aplicación usaba IA para automatizar las transacciones de manera autónoma, una promesa que atrajo a fondos de capital riesgo interesados en tecnologías disruptivas.
Pero la supuesta innovación tecnológica resultó ser una ilusión. La acusación federal revela que la tasa real de automatización era cercana al 0% y que, incluso tras la incorporación de bots básicos en 2021, la empresa seguía dependiendo casi por completo de la intervención humana. Saniger, según los fiscales, ocultó esta información a inversores y empleados, restringiendo el acceso a los datos internos de automatización y ordenando mantener en secreto las métricas reales de desempeño.
Ocultamiento, engaños y bots de fachada
El fiscal federal interino Matthew Podolsky calificó el caso como “un ejemplo emblemático del uso del atractivo de la IA para fabricar una narrativa de innovación inexistente”. Por su parte, Christopher Raia, subdirector del FBI en Nueva York, señaló que Saniger habría creado una “ilusión deliberada” para atraer inversiones, mientras empleaba personal encubierto que realizaba manualmente las tareas atribuidas a la inteligencia artificial.
Además del proceso penal, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) presentó una demanda civil paralela en su contra. Las autoridades afirman que el empresario no solo engañó a los inversores, sino que contribuyó al escepticismo en torno a los verdaderos avances tecnológicos, afectando así al ecosistema de innovación y a startups legítimas.
De promesa tecnológica a acusado de fraude
Aunque Saniger mantiene la presunción de inocencia, el caso representa un golpe significativo para el sector tecnológico, particularmente en un momento de fuerte entusiasmo e inversión en herramientas de inteligencia artificial. La sentencia final será determinada por un juez federal en los próximos meses.