La agencia de calificación Standard & Poors (S&P) ha avalado las decisiones tomadas hasta ahora por Andorra en el asunto Banca Privada d’Andorra (BPA), aunque rebaja un grado la calificación del Principado, que sitúa en BBB.
Según la agencia, que ha emitido un comunicado esta madrugada, la reacción de las instituciones andorranas ha sido la adecuada, pero el anuncio efectuado por las autoridades estadounidenses sobre BPA plantea incertidumbres futuras.
«Las autoridades andorranas están en estos momentos dando pasos decididos y están comprometidas a mantener la estabilidad del sistema financiero del país», afirma el comunicado.
También se afirma que el órgano regulador del sistema financiero andorrano, el Institut Nacional Andorrà de Finances (INAF), «coopera con los reguladores internacionales de aquellas jurisdicciones en las que operan los bancos andorranos».
El comunicado destaca que el INAF está avanzando en la implementación de los estándares financieros internacionales y en los criterios reguladores de Basilea III.
El informe, además, destaca la adecuada capitalización de la banca andorrana, con unos ratios de solvencia cercanos al 22 % y de liquidez del 70 %.
Standard & Poors, sin embargo, considera que el asunto BPA ha puesto de manifiesto los riesgos del sistema financiero.
De hecho, el anuncio efectuado por el Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN) de Estados Unidos está en la base de la argumentación por la que la agencia ha decidido rebajar la calificación del Principado.
Todo ello ha hecho que el riesgo, en palabras del comunicado, «crezca por encima de lo esperado».
Según el informe, el anuncio del FinCEN abre un periodo de incertidumbre, ya que BPA podría ver reducida su capacidad operativa si finalmente se adoptan las medidas propuestas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
La rebaja de la calificación de Andorra va acompañada de una observación de vigilancia negativa, que se confirmará o no en función de las decisiones que acaben adoptando las autoridades estadounidenses y las que tomen las instituciones andorranas para mantener la estabilidad del sistema financiero.
En este sentido, Standard & Poors advierte que en la próxima evaluación, el rating podría volver a bajar si las decisiones del FinCEN crean inestabilidad en el sector financiero o si el asunto BPA se traduce en «turbulencias en el sector financiero doméstico» que acaben repercutiendo negativamente en la economía del país.
Igualmente, la agencia afirma que el rating se podría mantener en la próxima evaluación si el impacto del asunto BPA sobre la economía es limitado y si las medidas adoptadas por el Gobierno consiguen efectivamente mantener la confianza en el sistema financiero del país
EFE