Jordi Pujol Ferrusola, hijo mayor del expresidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol, se llevó a Panamá la fortuna que había acumulado en Banca Privada de Andorra (BPA) utilizando exactamente la misma red de testaferros que empleó el exconsejero delegado de la entidad financiera Joan Pau Miquel Prats para ocultar 8,1 millones de euros en activos.
Las empresas utilizadas para la operación fueron registradas por el despacho de abogados Alemán, Cordero, Galindo & Lee de Panamá.
Miquel Prats no sólo habría escondido en BPA el resultado de más de tres décadas de corrupción del clan Pujol, sino que también pudo facilitarle luego a la familia una vía de escape para impedir que la Justicia española localizara sus depósitos y los requisara.
Miquel Prats fue detenido por la Policía andorrana el pasado 13 de marzo sólo unas horas después de que la sección de investigación criminal del Departamento del Tesoro de Estados Unidos acusara a BPA de “estar involucrada en el lavado de dinero internacional” y vinculara a la entidad con organizaciones criminales rusas, chinas y venezolanas, éstas últimas relacionadas con Pdvsa.
Como se recordará, los venezolanos involucrados en el escándalo de BPA son altos ex funcionarios del gobierno de Venezuela y dos de sus principales operadores y contratistas: Diego Salazar Carreño – primo hermano de Rafael Ramírez ex presidente de Pdvsa – operador de los seguros de la petrolera durante mas de diez años; Javier Alvarado, ex director de Bariven, de la Electricidad de Caracas y ex viceministro de Desarrollo Eléctrico; Nervis Villalobos Viceministerio de Energía Eléctrica; Omar Farías, empresario venezolano residenciado en España con contratos públicos millonarios relacionados con los seguros de Pdvsa junto con Diego Salazar Carreño y el actual mayor operador de seguros de ministerios y gobernaciones; Carlos Aguilera, secretario privado de Hugo Chávez y exdirector de la Disip, policía política del régimen (ahora Sebin), Alcides Daniel Rondón, ex ministro de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior y Francisco J. Jiménez, ex director de Deltaven.
Desde que estalló el escándalo en marzo de este año, el ex directivo financiero de BPA Miquel Prats permanece en una prisión del Principado acusado de blanquear capitales de forma continuada en sede bancaria para la trama que lideraba el empresario chino Gao Ping.
La sombra de Miquel Prats también gravita sobre el clan Pujol. La investigación sobre la saga del fundador de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) ya ha permitido acreditar que al menos cinco miembros de la familia realizaron en diciembre de 2010 y enero de 2011 varios ingresos por valor de 3,4 millones de euros en la entidad andorrana que dirigía el directivo ahora encarcelado. Tras esa revelación, el ex molt honorable admitió públicamente que había escondido durante años una supuesta herencia familiar.
Pero Miquel Prats tendría un vínculo adicional con los Pujol. El rastreo del patrimonio del exconsejero delegado de BPA lo sitúa detrás de una sociedad con domicilio en el número 630 de la Avenida Diagonal de Barcelona, Silkinvest SL. Se trata de una mercantil que, a pesar de carecer de empleados, dispone de 5,5 millones de euros de capital social y 8,1 millones de euros en activos declarados. Además, es propietaria a su vez de otras cincos sociedades limitadas, Must of Wines, Irmileto, Safilux, Equuleus y Sadurinvest, con intereses en diferentes sectores.
Supuestamente, Pau Miquel desempeña únicamente en Silkinvest el papel de administrador, pero la presencia de dos familiares en la sociedad y la sombra de testaferros le vinculan directamente con la propiedad del holding. Como informó El Economista, el 100% de las acciones de Silkinvest pertenece a la mercantil Feynman Investments Corporation, una firma dirigida por hombres de paja y domiciliada en Panamá, uno de los territorios más utilizados por las grandes fortunas españoles para ocultar su patrimonio a la Agencia Tributaria.
Con todo, la clave es el nombre del agente que se encargó de inscribir Feynman en el Registro Mercantil de Panamá. Según figura en los documentos oficiales, la trama que oculta al verdadero propietario de Silkinvest fue diseñada y ejecutada por el despacho de abogados Alemán, Cordero, Galindo & Lee, precisamente el mismo bufete que intervino en la creación de la Fundación Kopeland, la entidad panameña que habría utilizado Jordi Pujol Ferrusola para transferir al país centroamericano gran parte de los fondos que ocultaba en BPA.
Como reveló El Confidencial este lunes, los investigadores de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional encargados de las pesquisas sobre el mayor de los siete hijos del expresidente de la Generalitat han descubierto que utilizó la Fundación Kopeland para evitar que el procedimiento abierto contra él en la Audiencia Nacional por blanqueo de capitales y fraude fiscal pudiera acabar provocando la incautación del dinero que había atesorado después de tres décadas cobrando comisiones ilegal por licencias y favores de la administración catalana. Para tratar de evadir la acción de la Justicia, Pujol Jr. habría sacado desde 2012 más de cinco millones de euros de sus cuentas en el Principado para esconder los depósitos en otros paraísos fiscales, entre ellos Panamá, gracias a la estructura que le brindó Kopeland.
Oficialmente, Miquel Prats sólo figura en el registro panameño como titular de la sociedad que gestionaba la filial que BPA tenía en ese país y que está en proceso de disolución. El banco andorrano tenía su sede en la calle 50 de Ciudad de Panamá, en pleno distrito financiero.
ElConfidencial.com y CCD