México DF – Joaquín «el Chapo» Guzmán fue durante años una pesadilla para las autoridades: el narcotraficante creó el mayor imperio de drogas del mundo, escapó dos veces de prisión, corrompió funcionarios por doquier, mandó a asesinar a decenas, inspiró canciones y su historia ya se hizo película.
Pero con su recaptura el viernes el mito probablemente comenzará a apagarse, aunque no el poderío del gigantesco cártel de las drogas que erigió durante décadas.
«Probablemente se mantendrá como una fuerza poderosa», dijo el analista Alejandro Hope.
Durante su reinado, Guzmán, de 58 años, creó una red de complicidades que abarcó desde altos funcionarios y militares hasta pobladores locales del llamado «Triángulo Dorado», una región productora de amapola y marihuana que abarca los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango.
Esa red fue uno de los pilares para el cártel de Sinaloa, un emporio de tráfico de marihuana, cocaína y heroína hacia Estados Unidos y Europa. También extendió sus tentáculos a Latinoamérica y Asia, en donde se proveía de precursores químicos para uno de sus más recientes y provechosos negocios: las metanfetaminas.
Hoy pocos de sus principales rivales quedan en pie, ya fuera por sus balas o por las detenciones de las autoridades.
Guzmán será probablemente extraditado lo más rápidamente posible a Estados Unidos para responder por la introducción de cientos de toneladas a drogas al principal mercado consumidor del mundo y evitar así el riesgo de un nuevo escape en México.
Pero por lo pronto, sus hijos Iván Archivaldo y Alfredo ya están al frente de un grupo que dirige el cártel y que incluye al veterano narcotraficante Ismael «El Mayo» Zambada, coinciden analistas y fuentes de seguridad del Gobierno.
En los últimos años, la organización se mantuvo poderosa, aún durante el tiempo en que Guzmán estuvo tras las rejas después de ser capturado en febrero del 2014. El cártel siguió operando una red que incluye a empresas dedicadas a lavar dinero y a almacenar droga, y a muchos funcionarios y políticos.
«El Chapo Guzmán refleja las fallas del Estado, el vacío del Estado mexicano. Tendrás muchos Chapos Guzmanes en el futuro en la medida que el Estado mexicano no llene los vacíos que le permitieron crecer», opinó el experto en seguridad Edgardo Buscaglia.
El niño que recolectaba amapola
Nacido en La Tuna, un pueblo pobre de las montañas de Sinaloa, Guzmán creció recolectando amapola y se inició en el negocio de la droga en la década de 1980 con el «padrino» de los narcos locales, Miguel Ángel Félix Gallardo, pionero en el trasiego de cocaína colombiana hacia Estados Unidos y preso desde hace años.
Con la caída de capos narcos en Colombia como Pablo Escobar, «El Chapo» se convirtió en uno de los principales introductores de cocaína a Estados Unidos, al punto de que Chicago lo nombró en el 2013 «Enemigo público número uno» de la ciudad. La revista Forbes llegó a incluirlo en su lista de multimillonarios con un fortuna calculada en 1.000 millones de dólares.
Este hombre que ganó su apodo por su baja estatura, fue pionero en la construcción de túneles a través de la frontera mexicana con Estados Unidos, algunos equipados hasta con aire acondicionado, por donde han pasado por años toneladas de drogas para ser distribuidas en al menos 300 ciudades estadounidenses. (Reuters)