Irán |Todos los hombres de un pueblo de la provincia de Sistán y Baluchistán han sido ejecutados” ha anunciado Shahindokht Molaverdi, vicepresidenta iraní y responsable de Asuntos Familiares, durante una entrevista para la agencia iraní Mehr. El nombre de la aldea no ha sido revelado.
Molaverdi advierte del riesgo de escalada en la región: “los hijos de los criminales ejecutados son todos narcotraficantes. Quieren vengar la muerte de sus padres y además mantienen a sus familias con el dinero del tráfico de drogas. Los ciudadanos están desprotegidos”.
La provincia de Sistán y Balûchistán, en el sureste del país —a miles de kilómetros de Afganistán y Pakistán— es la principal puerta de entrada en Irán de opio y otros estupefacientes. La pobreza y el retraso económico acumulados en la remota provincia llevan a buena parte de la población a recurrir al narcotráfico para subsistir.
En la última década, grupos extremistas sunníes, en su mayor parte salafistas relacionados con grupos radicales paquistaníes, se instalan en la región reclutando a sus habitantes.
Las autoridades iraníes castigan con la pena de muerte el tráfico de drogas y la actividad de los grupos yihadistas sunníes.
El Estado iraní no publica cifras sobre el número de ejecuciones en la provincia, sin embargo Harana, la agencia de prensa especializada en los derechos humanos en Irán, situaba Sistán y Baluchistán entre las tres provincias con más ejecuciones del país.
“Si no intervenimos frente a esta gente la criminalidad se multiplica. La sociedad es responsable de las familias de los ejecutados. El programa de apoyo a las familias ha estado abandonado en los últimos años pero le hemos dado un nuevo impulso con el VI Plan Nacional de Desarrollo” añade Shahindokht Molaverdi. Irán es uno de los países con mayor número de ejecuciones en el mundo. La gran mayoría de las condenas tienen relación con el tráfico de drogas. La Asamblea Nacional lanzó el pasado diciembre un proyecto para remplazar la pena capital por la cadena perpetua. euronews.com