Brasilia |Una desafiante Dilma Rousseff se apartó de la presidencia de Brasil el jueves, después de que el Senado la suspendiera para someterla a un juicio político por supuesta violación de las leyes presupuestarias, una decisión histórica en un país sumido en una profunda recesión y un gran escándalo de corrupción.
| La suspendida presidenta de Brasil Dilma Rousseff saluda a sus partidarios a las afueras del palacio Planalto en Brasilia, Mayo 12, Foto Reuters /Adriano Machado
Rousseff, en el cargo desde 2011, fue sustituida por el vicepresidente, Michel Temer, mientras dure el proceso en el Senado, que podría prolongarse durante seis meses.
En declaraciones efectuadas poco antes de abandonar el Palacio Presidencial de Planalto, en Brasilia, Rousseff dijo que fue notificada de su suspensión en la mañana del jueves.
«He cometido errores, pero no he cometido ningún crimen», afirmó una molesta Rousseff, que calificó al juicio político como «fraudulento», flanqueada por decenas de ministros que se apartaron con ella de la administración.
«Nunca imaginé que sería necesario luchar de nuevo contra un golpe en este país», afirmó la izquierdista Rousseff, de 68 años, en referencia a su combate contra la dictadura militar de Brasil cuando era joven.
La suspensión se produjo horas después de que el Senado votara en favor del proceso por 55 a 22, acabando con más de 13 años de gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que surgió del movimiento laboral de Brasil y ayudó a sacar a millones de personas de la pobreza antes de ver a muchos de sus líderes enfrentar investigaciones por corrupción.
Es poco probable que Rousseff, una economista, ex integrante de un grupo guerrillero marxista y la primera presidenta del país, sea absuelta en el juicio político.
La amplitud de su derrota mostró que la oposición ya tiene el apoyo que necesita para alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para condenar a Rousseff y apartarla del cargo de forma definitiva.
«Es una medicina amarga, pero necesaria», dijo el senador opositor José Serra, antes de ser nombrado nuevo ministro de Relaciones Exteriores por Temer, durante el maratónico debate. «Habría sido una tragedia mayor la continuación del Gobierno de Rousseff. La situación de Brasil sería insoportable».
Preparan medidas de austeridad
Ahora que la economía brasileña está sumida en su peor recesión en décadas, el flamante Ejecutivo buscó mostrar que actuará con rapidez. Asesores de Temer afirmaron que el gobierno entrante anunciará una serie de medidas de austeridad para ayudar a reducir el gigantesco déficit presupuestario.
Una de las primeras será aprobar una reforma al costoso sistema de pensiones, fijando posiblemente una edad mínima de jubilación, dijo un asesor.
Temer nombró como ministro de Hacienda al ex presidente del Banco Central de Brasil Henrique Meirelles, popular entre los inversores extranjeros.
Como jefa de Estado suspendida, Rousseff podrá seguir viviendo en su residencia oficial, tener personal a su servicio y usar un avión de la Fuerza Aérea. Negó haber cometido irregularidades, calificó el proceso de forma repetida como un «golpe» y el jueves prometió que seguirá luchando.
Rousseff liberó a su gabinete, incluido al ministro de Deportes, encargado de los preparativos finales para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en agosto, informó el Diario Oficial. El gobernador del banco central, que tiene rango ministerial, no fue incluido en el decreto.
En algunos vecindarios se lanzaron fuegos artificiales tras la votación, al final de una sesión de 20 horas en el Senado. La policía se enfrentó brevemente con manifestantes pro Rousseff en Brasilia, pero el país estaba calmado en la mañana del jueves, con algunas personas celebrando en Sao Paulo y otras ciudades envueltas en la bandera verde, amarilla y azul de Brasil.
El proceso contra Rousseff es el primer juicio político a un presidente de Brasil desde 1992, cuando Fernando Collor de Mello enfrentó enormes protestas que pedían su remoción por cargos de corrupción. Collor de Mello renunció luego de que el Senado votó a favor de iniciar el procedimiento y años después fue absuelto.
Collor de Mello, que es actualmente senador, votó el jueves a favor del juicio político de Rousseff, según medios locales.
Retos económicos
Temer, un constitucionalista de 75 años que ha pasado décadas en el Congreso de Brasil, enfrenta ahora el desafío de restaurar el crecimiento económico y la calma en momentos en que los ciudadanos, cada vez más polarizados, cuestionan si las instituciones pueden cumplir con su promesa de estabilidad.
Además de un enorme déficit presupuestario, equivalente a más del 10 por ciento de la producción económica anual, Brasil sufre por el creciente desempleo, el desplome de la inversión y la contracción económica, que se proyecta llegará a más de 3 por ciento este año.
Pero estos cambios, incluyendo una reforma a las leyes de pensiones, tributarias, laborales y una iniciativa que unifique a los fragmentados partidos en el Congreso, podrían ser difíciles de aplicar en momentos de turbulencias.
En un comunicado el jueves, Moody’s Investors Service señaló que es probable que la prolongada tensión política complique la puesta en marcha de reformas.
«Brasil se enfrenta aún a retos crediticios significativos, incluida la necesidad de revertir la actual contracción económica y lograr una consolidación fiscal destacable», indicó la agencia calificadora. Reuters