El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) presentó el foro “Los retos de informar en el segundo país más violento del mundo”, que permitió a periodistas narrar sus experiencia en la difícil tarea de ejercer el periodismo en Venezuela, donde se ha impuesto el secretismo en las estadísticas sobre hechos violentos y más recientemente una cerca impide la cobertura de los medios de comunicación social en la morgue de Bello Monte, ubicada en Caracas.
Este evento realizado el pasado jueves, contó con la participación de embajadores,representantes de organizaciones no gubernamentales y comunicadores sociales, quienes a través de cinco ponencias obtuvieron un panorama más amplio sobre el periodismo de sucesos en Venezuela.
Entre los ponentes, presentados por Humberto Prado, director del OVP, destacaron reconocidos periodistas, quienes día a día enfrentan los embates de la violencia en las calles de Caracas, donde mensualmente ingresan más de 250 cadáveres a la medicatura forense. El ancla de TV y radio, Gustavo Gómez Morón, analizó la cobertura periodística de la violencia en Venezuela; mientras que la periodista Yohana Marra, expuso sobre el abordaje periodístico de la problemática carcelaria, sus múltiples realidades y su impacto en el barrio.
De igual manera, se presentaron el periodista y profesor universitario, Edgar López, quien conversó sobre la cobertura carcelaria desde la perspectiva de los derechos humanos; el periodista Luis Carlos Díaz, sobre los medios digitales y redes sociales en la difusión de informaciones de violencia; y la jefa de la Unidad de Investigación del portal informativo Runrun.es,Ronna Rísquez, sobre la cultura de la prisión y la “idealización” del pran, su control territorial, jerarquía entre bandas, además de crimen organizado y exterminio.
Por su parte, el moderador Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria y Civilis, expresó que “el Observatorio Venezolano de Prisiones siempre marca pasos importantes en un área tan compleja como el sistema penitenciario. Esta oportunidad es propicia para reflexionar sobre la terminología que se utiliza para referirnos a la violencia y sus protagonistas en nuestro país, debemos debatir sobre la no utilización de lenguaje estigmatizante y cuál debe ser el aporte de los medios para marcar tendencia de una manera distinta”.
Durante su ponencia, Gustavo Gómez Morón informó que julio de 2016 se posicionó como el mes más violento en los últimos tres años, por lo que la capital venezolana se posicionó por encima de San Pedro Sula, la ciudad más grande de Honduras, que anteriormente figuraba como la más violenta de Latinoamérica. Asimismo, se refirió a la gran cantidad de secuestros que ocurren a diario en todo el territorio nacional, cuyas cifras son desconocidas por el reto que resulta acceder a las fuentes oficiales en Venezuela, principalmente en lo que se refiere a macroeconomía, boletines epidemiológicos y muertes violentas.
En tanto, Yohana Marra recalcó que los periodistas se apoyan en el OVP y en los familiares de los privados de libertad para obtener cifras y relatos sobre motines carcelarios, pues la cobertura de estos sucesos es impedida por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), entre otros actores del conflicto como el Ministerio de Servicios Penitenciarios. También se refirió a la corrupción carcelaria, gracias a la cual los reclusos tienen armamento, municiones y drogas a la orden del día, y además tienen acceso a fiestas, pernoctas fuera de los días reglamentarios, celulares y hasta vehículos dentro de los recintos penitenciarios.
Edgar López, periodista de El Nacional, hizo un razonamiento inicial sobre el enfoque de los derechos humanos, referente a los privados de libertad, quienes padecen la falta de políticas judiciales y sus obviedades constitucionales. De igual manera, se refirió a la empatía que deben tener los periodistas para reseñar el duelo de las víctimas en un ambiente de auge descontrolado de la criminalidad, y el contexto imprescindible de estos temas en las notas periodísticas.
En ese sentido, Luis Carlos Díaz destacó que a través de los años se ha incrementado el acceso a la información violenta en las redes sociales y sorpresivamente se ha convertido en algo natural dentro del contexto venezolano (vídeos de linchamientos, fotos de ajusticiamientos, etc), aunado a la sensación de ahogo y desinformación que obliga a los usuarios a divulgar datos sin ser confirmados. Agregó que que las redes privadas, tales como whatsapp, tienen un potencial alto para divulgar información e incluso se difunde mucho más rápido que en las redes sociales o los medios de comunicación.
Ronna Rísquez explicó la estructura jerárquica en las cárceles para mantener el control territorial, dentro y fuera del centro de reclusión; el crimen organizado, el cual es liderado por los “pranes” para cometer extorsiones, secuestros, robo de vehículos, venta de droga y sicariato; el incremento de la crueldad para destruir al enemigo (descuartizamiento, tortura); la figura del policía como enemigo y cómplice; y las ejecuciones extrajudiciales, que se refieren a la pena muerte como política de Estado. Finalmente, enfatizó que la figura del “pran” mueve grandes cantidades de dinero, por lo que esta cultura se ha viralizado en el ámbito penitenciario.
Humberto Prado, director del Observatorio de Prisiones, puntualizó que “la intención del OVP, al hacer este foro, es que hablaran los que escriben la noticia y que exista un acercamiento entre las organizaciones no gubernamentales y los periodistas para enriquecer el trabajo de ambos. Efectivamente el foro fue un éxito, por lo que el año que viene idearemos una nueva versión”.