Además de la escasez de alimentos, productos de higiene personal, los venezolanos deben lidiar con la escasez de gas doméstico. Los ciudadanos no solo tienen la incertidumbre de conseguir la comida sino también si pondrán cocinarla. Este recurso natural es uno de los servicios básicos que no puede faltar en los hogares venezolanos, pero entró en la lista negra del desabastecimiento.
De acuerdo a la web del diario español ABC, las estadísticas hablan de que en el país existen 5 millones de hogares, y de esa cantidad el 84% utiliza bombonas de gas para cocinar. La gente podría usar como alternativa pequeñas cocinas eléctricas, pero por lo general en las horas de preparación de la comida existen cortes eléctricos debido al racionamiento impuesto por el gobierno
Las filas en las calles de Venezuela se han convertido en una imagen cotidiana. En el caso del gas, la gente acude con sus tanques de diferente tamaño, pesen lo que pesen, ya que deben reponer el contenido. Existen zonas donde hace más de tres meses que no saben lo que es cocinar con gas. Nos sorprende ver como ahora vendedores ambulantes en las carreteras venden leña como recurso sustituto, aunque esto solo lo puedan hacer quienes viven en casas en zonas rurales.
Todo lo que escasea en el país de un día para otro se convierte en un negocio del mercado negro y el gas no escapa de ello. Hoy en día el objetivo de muchas bandas criminales es robar bolsas de comida y bombonas de gas. Cuesta entender como un país que posee las mayores reservas registradas de petróleo a nivel mundial, ocupa el noveno lugar en cuanto a gas natural y el decimosexto en oro y minerales está retrasado y estancado.
Los argumentos sobre la insuficiencia es la corrupción que existe en las empresas que comercializan y distribuyen el producto, pero algunos reportes señalan que en la actualidad el mercado interno, excluyendo al demandado por la industria petrolera, requiere de más de 2.000 millones de pies cúbicos adicionales para satisfacerse, lo que equivaldría a duplicar la producción. La producción no debe estar en su mejor momento, ya que la estatal petrolera venezolana PDVSA a principios de año suspendió el suministro de gas que vende a Colombia debido a «la variabilidad climática» que afecta la generación eléctrica en Venezuela.