El Banco Santander se encuentra entre las grandes entidades internacionales que han creado sociedades pantalla en Bahamas para ocultar la identidad de sus clientes. Según la documentación del registro mercantil de Bahamas, el banco presidido actualmente por Ana Botín abrió 559 sociedades entre 1990 y 2015 a través de su filial Santander Bank & Trust (Bahamas) Ltd. De ellas, no consta que hayan sido disueltas 380 y 20 siguen pagando las comisiones anuales de gestión.
El Confidencial y La Sexta, en el marco de una investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán ‘Suddeütsche Zeitung’ denominada Bahamas Leaks, han tenido acceso a la información de miles de compañías incorporadas al registro mercantil de las Bahamas entre 1990 y 2016.
Los años récord de creación de sociedades por parte del banco español fueron 2006 (61) y 2007 (70), cuando estaba presidido por Emilio Botín. Por el contrario, el año récord de disolución fue 2010 (51 cerradas). Según la citada documentación, hay 380 estructuras que no han sido disueltas, lo cual no significa necesariamente que sigan estando activas (muchas de estas sociedades se mantienen abiertas sin ninguna utilidad durante años hasta que finalmente se cierran). Ahora bien, existen otras 20 que en 2015 pagaron las comisiones (‘fees’) anuales de mantenimiento que cobra el registro de Bahamas.
Bahamas no es un paraíso oficial, pero…
Un portavoz del Santander explica que “la política del grupo es no facilitar datos de clientes concretos. Dicho esto, hemos revisado el listado de empresas activas que nos han facilitado y únicamente hay una sociedad que es cliente del banco en la actualidad, cuya nacionalidad no es española”. Y recuerda que “todos los clientes de banca privada internacional del Santander han aceptado en sus contratos una serie de términos y condiciones, entre los que se incluyen cláusulas confirmando sus responsabilidades fiscales. El banco les facilita un informe anual con los datos necesarios para la realización de sus declaraciones fiscales”.
Respecto a por qué el banco mantiene una sucursal en Bahamas, el citado portavoz responde que tienen «una pequeña unidad de banca privada que trabaja básicamente con clientes latinoamericanos». Como ha explicado El Confidencial en esta investigación, realizar una actividad bancaria en Bahamas no es ilegal y este país no está incluido en las listas oficiales de paraísos fiscales porque existe un acuerdo para que el país caribeño facilite información tributaria a España cada vez que esta la requiera. Pero la Comisión Europea consideró en 2015 a Bahamas como uno de los países ‘no cooperadores’ y es uno de los pocos que han rechazado, hasta la fecha, firmar el acuerdo global que impone el intercambio automático de información entre países establecido por la OCDE.
¿Para qué sirven las sociedades ‘offshore’?
El principal fin de estas sociedades ‘offshore’ es hacer de pantalla y ocultar al verdadero titular de una cuenta bancaria (o de otros bienes, como fondos de inversión, acciones, inmuebles, obras de arte…). A primera vista, chirría un poco la necesidad de tener una sociedad para ocultar el dinero; lo que todo el mundo piensa de forma intuitiva es que se necesita una cuenta bancaria, no una sociedad. Pero la sociedad interpuesta sirve para registrar la cuenta a nombre de esta estructura en vez de figurar el del verdadero propietario de ese patrimonio, de forma que pueda ocultar su identidad y que nadie le relacione con dicha cuenta bancaria.
Los centros ‘offshore’ como Bahamas garantizan ese anonimato, ya que tienen secreto bancario además de una fiscalidad nula, por lo que nunca van a revelar quién es el propietario de la sociedad que tiene a su nombre la cuenta corriente. Estas sociedades se adquieren a despachos especializados en crearlas, como Mossack Fonseca, el protagonista de los papeles de Panamá.
Los bancos, el eslabón clave para defraudar
Los bancos poseen lo más importante en las estructuras de evasión de impuestos, que es el cliente (normalmente, a través de sus unidades de banca privada, especializadas en gestión de altos patrimonios). Son ellos los que contactan con estos despachos para constituir las sociedades detrás de las que se ocultan los titulares del dinero. De hecho, en algunos casos, los bufetes ni siquiera saben quién es el titular real del dinero, sino que crean las sociedades a petición del banco mediante testaferros o acciones al portador, y luego es la entidad la que se la transfiere al propietario final.
Esta actividad se aceleró con la aprobación de la directiva europea del ahorro por la UE en 2005, a la que Suiza decidió adherirse un año después. Esta norma implicaba que los bancos del país helvético debían informar de todas las cuentas de sus clientes extranjeros o bien practicarles una retención sobre sus ganancias que podía llegar al 35%. Como es de imaginar, esto provocó una oleada de pánico entre los altos patrimonios que tenían dinero escondido en Suiza.
Pero el Gobierno del país encontró una vía de escape: al negociar su adhesión a la citada directiva, exigió que solo se aplicara a las personas físicas, lo que dejaba a las jurídicas (sociedades) fuera de esta obligación. La solución para los afectados era obvia: debían crear una sociedad pantalla tras la que ocultar su identidad y así evitaban tener que dar información al fisco. Por ello los bancos —también el Santander— crearon el grueso de las sociedades a partir de ese año.
El Atlántico creó 90 sociedades en Bahamas
El Santander, junto al BBVA y el Sabadell, también apareció en los papeles de Panamá como comprador de las sociedades de Mossack Fonseca. Los números de Bahamas son mucho mayores (entonces solo figuraban 118) porque esta vez se trata de inscripciones en el registro mercantil a través de numerosos despachos y otros intermediarios; entonces eran solo las inscritas a través de un bufete, Mossack Fonseca. Como se recordará, esta firma panameña registraba sociedades en numerosos paraísos fiscales, entre ellos Bahamas.
Otro antiguo banco español también aparece en los Bahamas Leaks: se trata del Atlántico, adquirido en 2007 por el Sabadell. Esta entidad, propiedad entonces de la Arab Banking Corporation, abrió 90 sociedades entre 1994 y 2004. El banco catalán vendió en 2007 la filial de Bahamas a la entidad suiza FG
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