El oro es un negocio donde ningún alto funcionario de Maduro se da por excluido, desde militares, civiles e hijos del poder. Nicolás Maduro Guerra es señalado por el Departamento del tesoro de EEUU como el principal zar involucrado en el saqueo directo del oro desde el Banco Central. Un socio rebelde revela la gigantesca trama de corrupción.
La sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) contra el hijo de Maduro, conocido en Venezuela como “Nicolasito”, se suma a las diferentes sanciones tomadas por el gobierno de EEUU contra familiares cómplices en actividades ilícitas y de corrupción para beneficiar el régimen impuesto por Maduro luego de la destrucción de la industria petrolera.
La medida del Departamento del Tesoro involucra por primera vez a Nicolasito de estar involucrado en enriquecimiento ilícito de las minas de oro en Venezuela junto a su padre y la primera dama Cilia Flores.
El hijo único de Maduro Moros es diputado de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y director del Cuerpo de Inspectores de la Presidencia, un organismo creado anteriormente por Chávez para inspeccionar manejo de fondos de su propio gobierno. En su ficha en Instagram @maduroguerra aparece como licenciado en Economía Social de la UNEFA, flautista del Sistema de Orquestas y soldado de Chávez.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, al momento de las sanciones adelantó parte de la trama: “Maduro confía en su hijo Nicolasito y otros cercanos a su régimen autoritario para mantener un dominio absoluto sobre la economía y reprimir al pueblo de Venezuela”.
Las acciones de Nicolasito fueron mencionadas por Christopher Figueras, el exjefe de inteligencia de Maduro padre, y la cabeza visible del SEBIN hasta su huida a EEUU posterior al golpe del 30A.
En revelaciones hechas al Washington Post. Figueras toca el funcionamiento de una empresa criminal liderada por Maduro Moros desde Miraflores, en la que estaría involucrada su propia familia. Enfatizó que desde hace varios años venía investigando una compañía creada por un asistente del hijo de Maduro.
“Habían establecido un monopolio comprando oro a través del Arco Minero al sur del país a precios de vacas flacas, para revenderlo luego a precios inflados desde el Banco Central como centro de operaciones”. Dijo que estaba preparado para llevarle la información a Maduro cuando lo detuvo un oficial cercano al entorno de Miraflores que le recomendó no hacerlo.
A su llegada a EEUU Figuera acusó a Maduro Guerra de hacer negocios ilícitos con la venta de oro extraído en el Arco Minero y despachado desde el Banco Central, pero también denunció a Tareck El Aissami, a Calixto Ortega Sánchez, presidente del Banco Central de Venezuela, a Simón Zerpa, ministro de Finanzas y a Santiago Morón.
Christopher Figuera describió la existencia de parcelas en el negocio donde los más allegados a Maduro están involucrados y tienen participación: “militares, civiles, diputados de la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, gobernadores, ministros, vicepresidentes de área, hijos del poder, hermanos del poder, amigas del poder”, un negocio en el que no se excluye a nadie.
Nicolasito sería la cabeza visible en las operaciones del saqueo directo del oro hacia el Banco Central a través de una empresa mixta convertida en empresa criminal, uno de los tantos esquemas en los que mutó la corrupción en estos últimos años en Venezuela.
“Todos se alcahuetean, porque todos depredan al Estado y se conocen entre ellos, eso lo sabe el país entero. Los poderes del Estado o están comprometidos o están secuestrados”, dijo Christopher Figuera, en un intento por lavarse la cara ante la opinión pública distanciándose del saqueo de Estado, al argumentar que se dio cuenta del daño hecho al país por esta empresa criminal hace apenas 6 meses cuando fue nombrado para encargarse de la inteligencia del régimen.
El socio rebelde
La trama gigantesca de corrupción de la que habla el exjefe de inteligencia del régimen, actualmente bajo protección de los EEUU, involucra al principal asistente de Nicolasito, Santiago Morón, encargado de la plataforma financiera, junto a su hermano menor, Ricardo Morón, ambos hijos de Ricardo Morón padre, fundador de Cresmo, compañía anónima, ligado a la revolución desde el paro petrolero del 2002.
Los Morón son oriundos de Maracaibo, estado Zulia, y fungen como operadores financieros visibles en el manejo del oro,
El 2016 es el año del lanzamiento del Arco Minero como punta de lanza para sustituir los recursos que la destruida empresa petrolera no podía proporcionar. Empresas poco conocidas como Faoz Corp se convierten en una de las beneficiadas del convenio con el gobierno.
La empresa Faoz Corp muta en dos empresas mixtas, la Minera ecosocialista Parguaza, Emmepsa, y la empresa conjunta minera de Nueva Esparta, Ecomine, con capital mayoritario de la Corporación Venezolana de Minería y Faoz Corp, donde aparecen como responsables directos de la firma Rafael Enrique Solórzano Alcalá y Félix Ángel Oliveros Alcalá, según consta en actas de la asamblea de accionistas y en diferentes notas emitidas por los medios de comunicación en Venezuela.
Oliveros habría sido incorporado por el propio Nicolasito en el faraónico proyecto minero para que fungiera como uno de los diseñadores responsables de crear ambas empresas mixtas encargadas del negocio del oro y el coltán. La luna de miel de la explotación minera no duró mucho tiempo.
Una nota de la Agencia Venezolana de Noticias y reproducida por varios medios oficialistas hizo constar que el 9 de septiembre del 2017 la empresa mixta Emmepsa logró producir la “primera tonelada de coltán” en las minas situadas en el sector Los Pijiguaos en el Estado Bolívar. La noticia también fue divulgada por la página web de la corporación Faoz.
Allí comenzó la persecución. En acta fechada en la ciudad de Caracas el 24 de marzo del 2018, Ana Lisbeth Rondón en su condición de gerente general de Emmepsa, levantó un acta para dejar constancia que Santiago Morón, Alejandro Batraki, Alberto Romero y Jonel Ortiz, tomaron posesión de la empresa alegando irregularidades en la explotación del mineral. Santiago Morón alegó, según consta en el acta, que EMMEPSA dio una cifra de coltán falsa porque no existe coltán en el área y acusó a Felix Oliveros de “estafa de Estado”, por lo que fue despojado de la empresa, de todos sus libros y documentos, debido a que no tenía producción alguna ya que como consta textualmente “no existe coltán en sus yacimientos”. Morón deja como encargado a Alejandro Batraki de la empresa mixta de la que hace referencia Christopher Figuera.
En su momento y según consta en acta, Batraki reiteró que la idea de la intervención era obtener mayor flujo de caja a través de una alianza estratégica, desmontar la línea de preconcentración instalada de la mina y despedir a un gran número de personal técnico, administrativo y obrero.
A través de un contacto con Félix Oliveros, este reveló desde su clandestinidad en España, que quienes se encargan desde el 2018 de Emmepsa son los hermanos Santiago y Ricardo Morón, y subrayó que lo hacen desde el emporio que funciona en el piso 7, oficina 72 de la Torre Taeca en la calle Guaicaipuro en Caracas, perteneciente a la empresa familiar Cresmo. Cresmo cuenta con un segundo centro de operaciones que según datos aportados por la fuente, funciona en una lujosa oficina en el edificio Galipán en la avenida Francisco de Miranda en Caracas, “desde allí se llevan a cabo todas las contabilidades y se dirigen los cargamentos.”
Hizo hincapié en que una vez le dio forma jurídica y operativa a la nueva plataforma, fue víctima de expropiación, persecución y ataque por parte de sus ahora antiguos aliados.
Denunció que fue despojado de su empresa a la fuerza, luego de ser detenido, encarcelado por 45 días en los calabozos del DGCIM, obligado a firmar y transferir todos los datos de negociaciones, mercado y clientes que ambas empresas mixtas certificaron de las minas. Luego de hacerlo responsable de una presunta irregularidad con el coltán, dijo que convirtieron a Emmepsa y Ecomine en el nuevo centro neurálgico del oro.
Oliveros formó parte en 2016 de la apertura del Arco Minero que involucró empresas como Faoz Corp, Ecomine, Camimpeg, Gold Reserve y Supracal, ahora asegura que todo el negocio del oro se lo llevó Nicolasito, los Morón y sus aliados más cercanos.
Antes que su apartamento en Margarita fuera allanado, este exsocio de las empresas mixtas del oro dijo que logró escapar vía Cúcuta después de haber sido liberado, con la ropa que cargaba puesta, pudiendo salvar solo uno de los libros de la participación de su familia con el coltán en minas ubicadas al sur del Amazonas.
Asegura que la parte operativa de los negocios para el exterior es manejada por Ricardo Morón con enlace directo a través de Alex Saab, el hombre de Maduro en otro negocio turbio como son las cajas CLAP que administra el hambre y la miseria en Venezuela.
Reveló que el DGCIM a través de su división de operaciones especiales sería la encargada de manejar todo el tema de la custodia y seguridad de las áreas en el arco minero. Cada uno de los dueños de las parcelas civiles y militares debe pagar por las operaciones de seguridad y custodia.
El régimen de Maduro burló las sanciones impuestas por EEUU y ha logrado vender aproximadamente 24 toneladas de oro desde principios del mes de abril.
Expertos aseguran que la medida tomada por el gobierno de los EEUU poco o nada podría afectar a este grupo ya que no tienen inversiones fuertes en los EEUU. En la columna Verdades y Rumores el periodista Darwin Chávez asegura que ni Nicolasito ni los Morón tienen nada que perder con estas sanciones -“Esa familia sólo tiene dos casas en Doral. Su dinero y propiedades están bien distribuidos entre Rusia, China, Francia y hasta en España-. La única manera es que estos países decidan iniciar las investigaciones al respecto”.
Sin embargo las autoridades norteamericanas investigan las propiedades en EEUU y UE en manos de los familiares de los Morón y socios de Nicolasito en la empresa cuestionada por el saqueo del oro venezolano.
El cartel del oro sostiene a Maduro
La aguda crisis económica en Venezuela, las sanciones de EEUU con el cerco petrolero aunado a una caída sin precedentes de la producción de crudo, sembró la incertidumbre en un régimen acostumbrado a comprar protección militar y alianzas internacionales. La mirada de Maduro volteó desde el 2016 hacia la explotación del Arco Minero al sur del país.
La zona sur del país limita con Brasil y Guyana y es rica en minerales como el oro, hierro, diamantes y coltán. Desde el 2016 el llamado Arco Minero fue presentado junto a empresas extranjeras y otras de maletín de allegados al poder, como alternativa al desplome y destrucción de la industria petrolera. Se calcula que la zona cuenta con unas 7.000 toneladas de reservas de oro.
Maduro vendió cerca de 9.7 toneladas de oro el 10 de mayo y 4 toneladas adicionales tres días después, lo que se traduce en $ 570 millones de las reservas del Banco Central, evitando las sanciones del Departamento del Tesoro de los EE. UU.
El oro se vende a empresas en los Emiratos Árabes Unidos y Turquía. Con el ingreso Maduro mantiene su dominio absoluto sobre los militares y aliados extranjeros como Rusia,Cuba, China e Irán.
@damasojimenez