Millones de animales de miles de especies son encontrados en todo el mundo muertos o capturados de sus hábitats. La caza ilegal representa una amenaza creciente para elefantes, rinocerontes, y otros grupos de mamíferos y especies de menor tamaño.
¿Por qué los animales son cazados ilegalmente?
Los cazadores furtivos a veces matan o capturan animales para venderlos localmente o para comercializarlos. El comercio de vida silvestre se ha convertido en un mercado negro importante que va de la mano con el incremento de la riqueza en Asia, un gran consumidor de vida silvestre.
Aves, reptiles y primates, son capturados vivos para ser vendidos como mascotas exóticas, mientras que los animales sacrificados los venden como alimentos, joyas, decoración o medicina tradicional. Los colmillos de marfil de los elefantes africanos, por ejemplo, están tallados en baratijas o piezas de exhibición. La carne de simios, serpientes y otros animales silvestres se considera un manjar en algunas partes de África, y como esos, muchos otros casos.
Además de esos fines, los cazadores furtivos atacan a los animales para evitar que destruyan los cultivos o ataquen al ganado. Tal es el caso de los leones y elefantes en África, lobos, coyotes y otros depredadores en América del Norte y más regiones.
Los efectos de la caza furtiva
La caza ilegal en algunos casos es la razón principal del riesgo de extinción. Por ejemplo, entre 2014 y 2017 fueron asesinados más de 100,000 elefantes africanos. Estos actos también ha tenido un impacto catastrófico en los rinocerontes, con más de mil sacrificios al año por sus cuernos.
El comercio de mascotas exóticas afecta el bienestar del animal, además de alterar su número en la naturaleza. La mayoría de los animales salvajes comen dietas especializadas que se encuentran en su hábitat, y necesitan espacio para volar, deambular y balancearse desde las ramas. Los animales capturados se introducen en cajas, maletas o sacos, e incluso si sobreviven al transporte, a menudo sufren en sus nuevas situaciones antinaturales.
La caza furtiva también afecta a las personas. En África, cerca de 600 guardabosques encargados de proteger la vida silvestre, fueron asesinados a tiros por cazadores furtivos entre 2009 y 2016 mientras cumplían con su deber. En el Parque Nacional Virunga de la República Democrática del Congo, uno de los más peligrosos del continente, al menos 170 guardabosques han sido asesinados durante las últimas dos décadas.
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Además, la caza ilegal se ha relacionado con grupos de milicias armadas en África sospechosos de traficar marfil para financiar sus operaciones, y a menudo ocurre junto con otros delitos, como corrupción y lavado de dinero. Y los animales capturados pueden propagar enfermedades, como el Ébola y el SARS.
Esfuerzos para detener la caza furtiva
Algunos conservacionistas ya estarían utilizando drones y cámaras infrarrojas para ayudarlos a rastrear la vida silvestre en peligro de extinción.
Además de proporcionar protección en el terreno para los animales, muchos países hacen que la caza furtiva sea un delito condenado con prisión o pago de multas. Debido a que los cazadores furtivos en África y Asia a menudo son personas locales de pocos recursos económicos que obtienen pequeñas ganancias en comparación con los comerciantes y capos, las sanciones por la caza furtiva de la vida silvestre son generalmente menos severas que las del tráfico de vida silvestre.
También hay numerosas organizaciones sin fines de lucro en todo el mundo que trabajan para poner fin a la caza furtiva de vida silvestre. Algunos de estos grupos han ayudado a promover formas alternativas y más sostenibles para que los cazadores furtivos se ganen la vida.
Otra forma en que las personas están trabajando para terminar con la caza furtiva es tratando de disminuir la demanda de vida silvestre ilegal y sus partes. Si nadie compra los productos, no habrá necesidad de matar a los animales.