En mayo, después de salir de un embarcadero chino, un buque petrolero gigante emprendió un peligroso viaje. Al marcar en «Caribe» en un sistema de seguimiento obligatorio, el capitán del barco con bandera de Liberia se dirigió hacia el oeste. Luego, semanas más tarde, cuando se acercaba a las aguas venezolanas, el VL Nichioh dejó de transmitir su ubicación, rumbo y velocidad en violación de las normas marítimas internacionales, desapareciendo esencialmente en alta mar sin dejar rastro. Así lo reseñó un reportaje de AP.
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Lo que sucedió mientras el barco estaba fuera de línea sigue siendo un misterio. Pero cuando reapareció nueve días más tarde, mientras navegaba hacia Asia, el Nichioh estaba navegando bajo el agua, una señal segura para los expertos en rastreo de barcos de que había apagado su transpondedor para encubrir una valiosa carga destinada a las sanciones estadounidenses: el petróleo crudo venezolano.
A medida que la administración de Trump ha tomado medidas drásticas contra el régimen de Nicolás Maduro con sanciones establecidas para privarlo de dinero en efectivo de las vastas reservas petroleras de Venezuela, algunos capitanes de barcos y sus empleadores están ansiosos por ayudar al socialista en apuros para ocultar los tanque llenos de crudo.
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«Estos buques transportan 2 millones de barriles de petróleo crudo», dijo el director de Caracas Capital Markets, con sede en Miami. «No pueden estar deambulando ciegamente en la oscuridad. Es un desastre ambiental por suceder«, añadió.
Según un tratado marítimo de las Naciones Unidas, desde 2004 se requiere que los buques de más de 300 toneladas utilicen lo que se conoce como un sistema de identificación automatizado para evitar colisiones y ayudar a los rescates en caso de derrame o accidente en el mar.
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En los nueve meses desde que se impusieron las sanciones, se han observado 14 actividades oscuras sospechosas cerca de las aguas venezolanas. Y de acuerdo al informe, la mayor parte del crudo encubierto va a China o Rusia, los dos mayores patrocinadores financieros de Maduro, y a India.
Entre los trucos que las compañías usan para «esconderse», figuran: Informar un destino falso, cambiar la administración con frecuencia o realizar transferencias de alto riesgo de barco a barco en las que los barcos «oscuros» se unen en alta mar para entregar su carga. Las autoridades en Brasil sospechan que un buque cargado con crudo venezolano estaba detrás de un misterioso derrame el mes pasado que ha ensuciado 2,100 kilómetros (1,300 millas) de costa.
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En el caso de Nichioh, descargó carga a principios de septiembre en el puerto indio de Sikka, donde Reliance Industries opera la refinería más grande del mundo. Luego navegó por el Canal de Suez y el Estrecho de Gibraltar, informando como su destino «Carribs for Order». Pero después de atracar durante unos días en Trinidad, el Nichioh cambió a «Aruba» y se quedó a oscuras durante 10 días, una vez más recogiendo crudo venezolano.
