Los migrantes y refugiados venezolanos representan una gran oportunidad económica para el Perú, y tienen el potencial de aumentar la capacidad productiva del país e impulsar su crecimiento de manera significativa, según un estudio del Banco Mundial. Concretarla requiere que se adapten políticas e instituciones públicas para integrar adecuadamente a la población migrante y refugiada venezolana a la sociedad y economía peruanas.
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Así lo sostiene el informe «Una oportunidad para todos: Los migrantes y refugiados venezolanos y el desarrollo futuro del Perú» que presentó el Banco Mundial como parte de una serie de estudios sobre la migración venezolana en América Latina y el Caribe, que incluyen un análisis de la situación en Colombia, realizado el 2018, y uno sobre la situación en Ecuador, que se publicará a principios del 2020.
La migración venezolana no tiene precedentes en la historia reciente de América Latina y el Caribe. Se estima que más de 4 millones de personas han dejado Venezuela, escapando de una crisis económica, social y política que ha mermado drásticamente la economía, la seguridad ciudadana y los estándares de vida del país. Unos 870,000 venezolanos han migrado al Perú desde principios de 2017.
El informe reconoce que atender a un grupo humano de tal dimensión representa un desafío para los servicios públicos en las comunidades de acogida, las que, sin embargo, han respondido a la altura de las circunstancias.
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Señala, por ejemplo, que del total de la demanda estimada para 2019, el sistema educativo público peruano ya ha absorbido alrededor de 35,000 estudiantes venezolanos, permitiendo que muchos de ellos se matricularan después del inicio del año escolar para evitar retrasos en sus estudios.
En el sector salud la demanda también ha sido alta. En 2018, tan solo un establecimiento médico de Lima concentró más de 15,000 visitas de venezolanos, casi una cuarta parte del total de visitas a ese centro.
Aun así, los potenciales beneficios de integrar social y económicamente a migrantes y refugiados venezolanos exceden ampliamente los costos de hacerlo.
Pese a que trabajan informalmente y reciben salarios menores que los trabajadores locales, podrían generar un ingreso fiscal neto de unos 2.256 millones de soles anuales en promedio entre 2019 y 2025, gracias al aumento de la demanda agregada y el recaudo por impuestos, según el estudio.
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Además, el valor agregado de la productividad laboral podría incrementarse un 3,2%, por efecto del número de migrantes y refugiados que se encontraba en el país al 2018.
«Frente a las grandes necesidades de la población migrante y refugiada venezolana, el Perú ha actuado con solidaridad. Hoy se le presenta la oportunidad única de canalizar su inmenso potencial para dinamizar la economía del país, transformando este reto en una oportunidad para todos», señaló la directora del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador y Perú.
No obstante, este potencial solo se materializaría si se adoptan las medidas necesarias para su adecuada integración, lo cual se hace más urgente en un ambiente de creciente discriminación, comúnmente asociada a percepciones sobre la inseguridad y apropiación de servicios que no están sustentadas en datos.
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Contrariamente, la evidencia de Colombia y Perú muestra que los delitos en áreas receptoras no han aumentado debido a la llegada de los migrantes. Más bien, estimaciones muestran que su arribo podría impulsar el crecimiento y enriquecer la diversidad de estos países y comunidades.