La CIA ha estado advirtiendo a la Casa Blanca desde al menos principios de febrero, que China ha subestimado enormemente sus infecciones por coronavirus y que no se puede confiar en su recuento ya que Estados Unidos compila modelos predictivos para combatir el virus. Con información del NY Times.
El sistema de China para rastrear enfermedades infecciosas falló
Los informes de inteligencia de las últimas semanas, basados en parte en información de los activos de la CIA en China, jugaron un papel importante en la negociación del presidente Trump de una aparente distensión con el presidente Xi Jinping de China. Desde entonces, ambos países han rechazado las críticas mutuas.
Obtener un recuento más preciso de la tasa china de infección y muerte por el virus tiene implicaciones para la salud pública mundial en un momento de gran incertidumbre sobre el virus, su velocidad de transmisión y otras preguntas fundamentales. Para los funcionarios estadounidenses, los totales son críticos para obtener una mejor comprensión de cómo Covid-19 afectará a los Estados Unidos en los próximos meses y de la efectividad de las contramedidas como el distanciamiento social, según las agencias de inteligencia estadounidenses y los funcionarios de la Casa Blanca.
Hasta ahora, para frustración de la Casa Blanca y la comunidad de inteligencia, las agencias no han podido obtener números más precisos a través de sus esfuerzos de recolección.
Pero las agencias de inteligencia estadounidenses han concluido que el propio gobierno chino no conoce el alcance del virus y es tan ciego como el resto del mundo. Los burócratas de nivel medio en la ciudad de Wuhan, donde se originó el virus, y en otras partes de China han estado mintiendo sobre las tasas de infección, las pruebas y los recuentos de muertes, temerosos de que si informan números que son demasiado altos serán castigados, perderán su posición o algo peor.
La información errónea burocrática es un problema crónico para cualquier gobierno, pero ha empeorado en China a medida que el liderazgo comunista ha dado un giro más autoritario en los últimos años bajo Xi Jiping.
