Nicolás Maduro nombró como ministro de petróleo a Tareck El Aissami, y a Asdrúbal Chávez (primo del fallecido Hugo Chávez) jefe del gigante petrolero estatal PDVSA. Los nombramientos se hicieron en medio de una escasez masiva de gasolina. Con información de The Associated Press.
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Ambas posiciones fueron ocupadas hasta ahora por el general Manuel Quevedo, quien durante su mandato de 28 meses observó cómo la producción de petróleo en el país, ubicada en la cima de las mayores reservas de petróleo del mundo, colapsó en un 65%.
«La única fuente de ingresos del país, el petróleo, se derrumbó bajo Quevedo y las sanciones de Estados Unidos pusieron los últimos clavos en su ataúd», dijo Russ Dallen, jefe de la firma de inversiones con sede en Miami Caracas Capital Markets.
La sacudida se produce en medio de la caída de los precios mundiales del petróleo y sigue a un colapso de dos décadas de la producción de crudo en la empresa petrolera en ruinas del estado de Venezuela, que hoy bombea una cantidad equivalente al 19% de los niveles vistos cuando el fallecido presidente Chávez tomó el poder en 1999. Los críticos culpan a la gran corrupción y la mala gestión del régimen.
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Los venezolanos en las últimas semanas han experimentado una escasez crítica de gasolina y colas kilométricas que duraron días incluso en Caracas, la sede de la política y la riqueza del país que normalmente evitó la escasez extendida en todo el país.
En un intento por satisfacer la demanda interna de gasolina, Venezuela se dirigió a Irán, recibiendo el primero de varios envíos de un catalizador químico clave necesario para convertir el crudo en combustible.
Asdrúbal Chávez había servido durante unos meses como jefe de CITGO con sede en Houston, una subsidiaria de PDVSA, pero tuvo que abandonar el puesto después de que se le negó la visa estadounidense.
EEUU ofrece $ 15 millones de recompensa por captura de Maduro
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos agregó recientemente a El Aissami a su lista de los 10 fugitivos más buscados. Fue sancionado en 2017 por presuntamente ser un importante narcotraficante y luego fue acusado dos años después por alegaciones de violación de esas sanciones.
El Aissami, de 45 años, se desempeñó anteriormente como vicepresidente y más recientemente como ministro de industria. El Aissami se encuentra entre docenas de aliados de Maduro sancionados por Washington, mientras que Chávez no ha sido blanco de la administración Trump con medidas financieras.
Tareck fue acusado por segunda vez por un tribunal federal de Estados Unidos el mes pasado por ser parte de la presunta conspiración narcoterrorista junto a Maduro. Las autoridades ofrecieron una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a su arresto y 15 millones por el arresto de Maduro.
