Empresas y bancos suizos están en la línea de fuego ahora que Estados Unidos intensifica la presión sobre el gobierno venezolano. Washington ha sancionado a numerosos altos funcionarios por lavado de dinero y tráfico de drogas en Venezuela, país conocido por su riqueza petrolera y descalabros económicos. Así lo reseña un reportaje de Swiss Info.
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El año pasado, la administración del presidente estadounidense Donald Trump puso en marcha una serie de medidas para obligar a Nicolás Maduro a abandonar el poder. Entre ellas un veto comercial al petróleo venezolano que ha forzado a muchos comerciantes de crudo a frenar las transacciones con el país. Algunos de ellos están basados en Suiza y han hallado soluciones para esquivar esta disposición.
Esquivando las sanciones petroleras
Estados Unidos sancionó al gigante petrolero ruso Rosneft por comprar oro negro a la compañía estatal PDVSA aunque no lo hacía de forma directa. Las operaciones se realizaban a través de RTSA, una filial que la empresa rusa tiene en Ginebra y cuya lista de clientes incluye a gigantes internacionales como BP, ExxonMobil, Royal Dutch Shell, así como a los consorcios suizos Vitol, Glencore y Trafigura, según la agencia Reuters.
Estados Unidos ha acusado a Rosneft de transferir petróleo venezolano de un barco a otro, evitando así sanciones debido a que las operaciones no tienen lugar en tierra firme. Esta práctica se ha empleado regularmente para obtener crudo de Venezuela desde que el país fue sancionado, según confirmó un comerciante de petróleo que pidió el anonimato. El entrevistado relató que «los venezolanos están tan desesperados» por vender su petróleo que incluso aceptan enviar petróleo a China y que sean exclusivamente los intermediaros los que realicen el pago y no el comprador final. Con ello, borran rastros, evitan la existencia de documentos que dejen claro quién vendió, quién intermedió y quién compró, con el fin de que las autoridades no puedan comprobar las transacciones.
Otra práctica para esquivar las sanciones es lo que los comerciantes denominan «acuerdos uno-dos», que consisten en crear empresas efímeras, que operarán durante periodos muy cortos porque solo sirven para una sola adquisición de petróleo. Después, desaparecen.
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El pasado 12 de marzo, la empresa ginebrina TNK Trading International (TTI), otra de las subsidiarias de Rosneft, se colocó en la mira de Estados Unidos al «mediar en la venta y el transporte de crudo venezolano».
Las empresas comerciantes de energéticos, con sede en Suiza «negociaron un gran porcentaje de las exportaciones de petróleo de Venezuela entre enero de 2019 y enero de 2020, TTI compró casi 14 millones de barriles de crudo a Petróleos de Venezuela (PDVSA)», confirmó el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
«Fin de las operaciones con Venezuela»
Rosneft, liderado por un antiguo socio del presidente Vladimir Putin, anunció que pondría fin a sus operaciones con Venezuela y vendería sus activos (incluidas las operaciones comerciales) a una compañía estatal rusa, pero no reveló el nombre.
Sin embargo, Rosneft Trading y TTI siguen compartiendo la misma dirección en Ginebra.
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A la pregunta de cómo han afectado las sanciones impuestas por Estados Unidos a las empresas que representa la Asociación Suiza de Comercio y Transporte de Mercancías (STSA), su secretaria general Florence Schurch reconoce que «claramente, estas sanciones tendrán un impacto sobre algunas empresas con sede en Suiza».
Sin embargo deja claro que la STSA no ha dado consejos ni directivas a sus miembros sobre cómo enfrentarse a estos posibles castigos. «Cada uno de los miembros de STSA es profesional y sabe perfectamente cómo lidiar con estos problemas, conoce y consulta diariamente las listas de sanciones como parte de sus operaciones diarias».
Empresa en Zug tiene vínculos con Maduro
En marzo pasado, otro comerciante de petróleo con sede en Suiza, Maroil Trading Inc., registrado en Zug (Suiza), negoció la venta de 250 mil barriles de gasolina a Venezuela en medio de una importante escasez de combustible en el país, según la agencia Associated Press.
Maroil Trading es propiedad de Wilmer Ruperti, un empresario naviero venezolano y excapitán de un buque petrolero que, según la misma agencia, «tiene antecedentes por haber rescatado al gobierno socialista de Venezuela en momentos críticos».
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Durante la presidencia de Hugo Chávez, Ruperti alquiló camiones cisterna rusos para entregar gasolina durante una huelga de empleados de PDVSA. Y más recientemente, se sabe que pagó honorarios legales a miembros de la familia de Maduro acusados de tráfico de drogas en el marco de una investigación en Estados Unidos sobre «narcoterrorismo».
Las autoridades helvéticas no parecen estar investigando a los comerciantes acusados de violar las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela.
Banca suiza para la élite política venezolana
Sin embargo, se han iniciado pesquisas sobre las actividades bancarias helvéticas vinculadas a Venezuela. La autoridad de supervisión financiera de Suiza, FINMA, investigó recientemente un esquema venezolano de lavado de dinero que involucra a un exempleado del banco suizo Julius Bär.
Este trabajo permitió concluir que los controles del banco eran laxos, tras lo cual Matthias Krull, un banquero germano-venezolano empleado por Julius Bär, fue sentenciado a 10 años de prisión en Florida por permitir operaciones de blanqueo de los llamados «bolichicos», un grupo de jóvenes empresarios cercanos al gobierno de Venezuela.
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Varios clientes y personas cercanas a Krull, incluido el exguardaespaldas presidencial que se terminó convirtiendo en ministro de Finanzas venezolano, Alejandro Andrade, están detenidos en Estados Unidos por malversación y sobornos relacionados con fondos pertenecientes al Estado de Venezuela. Andrade, en particular, tenía 17 cuentas con nueve bancos suizos en las que ocultaba dinero.
La lista incluye también a los primos Francisco Convit y Alejandro Betancourt, de la firma energética venezolana Derwick Associates, quienes también eran clientes de Krull y hoy están bajo investigación en Estados Unidos por operaciones de lavado de dinero que presuntamente involucran préstamos a PDVSA.
Se presume que hay dinero oculto en diversos bancos suizos, incluida la Compagnie Bancaire Helvétique, con sede en Ginebra, según artículos de prensa que citan intercambios de correspondencia entre las autoridades suizas y estadounidenses.