La Guardia di Finanza (policía financiera italiana) ha arrestado a 91 miembros de Cosa Nostra, la mafia siciliana, que habían trasladado sus tentáculos hasta el norte del país para aprovecharse de las empresas en dificultad debido a la crisis por la emergencia de la pandemia de coronavirus, informó en un comunicado.
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Se trata de integrantes de dos clanes históricos de Palermo, los Acquasanta y los Arenella, explicó la fuente y añadió que también se confiscaron bienes por un valor de 15 millones de euros.
Los arrestos se han producido en las regiones de Sicilia, Lombardía, Piamonte, Liguria, Véneto, Emilia Romaña, Toscana, Las Marcas y Campania y participaron 500 agentes de la Guardia di Finanza.
A los arrestados se les imputa asociación mafiosa, extorsión, registro ficticio de activos, recepción de bienes robados, lavado de dinero, tráfico de drogas, fraude deportivo y estafa.
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El juez de instrucción que ordenó los arrestos habla de «un contexto muy favorable para la reactivación de los planes de la asociación criminal en el territorio de origen y en otros lugares».
Explica que «la condición actual de extrema necesidad, incluso de necesidad de alimentos para muchas personas sin empleo estable o con un trabajo en la economía sumergida, puede favorecer el reclutamiento de nuevos seguidores».
El juez explica que «el bloqueo de las actividades de muchos establecimientos comerciales o de pequeñas y medianas empresas ha provocado una crisis de liquidez que es difícil de revertir para muchas empresas de producción y por ello se pueden producir acciones típicas de la organización criminal, como la usura, el lavado de dinero, el registro ficticio de bienes, que probablemente evolucionen hacia formas de extorsión o incluso la compra de las empresas al propietario».
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Según la investigación, los integrantes del clan Acquasanta se habían trasladado desde hace tiempo a Milán, donde se dedican al lavado dinero que origina la extorsión, el narcotráfico o el control del juego.
Las investigaciones también revelaron el papel principal en estas actividades criminales del jefe mafioso Gaetano Fontana, que salió de la cárcel en 2017 después de cumplir su condena desde 2012, sujeto a la obligación de permanecer en Milán, y por el momento han sido arrestados dos de sus hermanos Giovanni y Angelo.
También fue puesto en arresto domiciliario un participante en una de las ediciones del programa «Gran Hermano», Daniele Santoianni, bajo la acusación de ser un testaferro al haber sido nombrado representante legal de Mok Caffè Srl, una empresa que comerciaba con café y que pertenecía a las familias mafiosas.