La pista surgió cuando las autoridades holandesas interceptaron varias llamadas y mensajes en la plataforma encriptada Encrochat donde los sospechosos hablaban abiertamente de torturas. Tras un seguimiento, llevaron a cabo una redada en un almacén de la localidad de Wouwse Plantage, en la frontera entre Bélgica y Holanda, a la que conducían los mensajes descifrados. Se trata de una localidad situada en la región de Brabante norte, en el sur de los Países Bajos. Lo que encontró allí la unidad especial de intervención de la policía holandesa carece todavía de una explicación completa, pero sugiere la existencia de grupos especializados dedicados al secuestro y el interrogatorio sistemático de sus víctimas. Así lo informó el diario ABC.
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Los agentes descubrieron varios contenedores de carga que en su interior habían sido convertidos en salas de interrogatorio o cámaras de torturas. La Fiscalía de Róterdam ha calificado el hallazgo como «impactante» y señala que, tanto si se trata de criminalidad organizada o de servicios secretos extranjeros operando en el país, seguirá las pistas hasta dar con ellos.
Según el comunicado en el que la Policía de Holanda ha informado sobre la operación, los contenedores de transporte marítimo no habían sido todavía utilizados, al menos aparentemente, aunque es posible que sean remodelados después de cada «servicio». Seis de ellos habían sido habilitados como celdas, con aislamiento para ruidos gracias a un empapelado de cinta aislante térmica que impide que el contenido del contenedor sea visible desde fuera con una cámara termográfica. También disponían de baños portátiles y esposas fijadas al techo y al suelo.
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El séptimo contenedor sería «una sala de tratamiento», según los mensajes que se intercambiaban los sospechosos, «obviamente diseñada y equipada para torturar personas», según la Fiscalía. En esta última instalación había una silla de dentista en la que poder inmovilizar a la víctima con correas en los reposabrazos y reposapiés, y una serie de instrumentos de cirujano, además de alicates y tijeras de podar, junto a sierras de mano, esposas adicionales, pasamontañas y bolsas negras de algodón con las que se sospecha que los torturadores cubrían la cabeza de las víctimas. En las conversaciones descifradas relativas a las cámaras halladas, los sospechosos enviaron fotos de ese contenedor mientras conversaban sobre planes de «secuestro» y «tortura», con afirmaciones como: «Cuando lo tenga en la silla contará más, pero ese perro está perdido».
Buscando a las víctimas
La red encriptada en la que fueron detectados los mensajes ha sido rastreada con el objetivo de identificar a posibles víctimas que han sido advertidas por la policía, Algunas de estas personas han entrado en programas de protección. Como resultado, y gracias a la permanente vigilancia del circuito cerrado de televisión que había sido instalado tanto dentro como en los alrededores de la bodega, la Policía holandesa está segura de haber evitado varios secuestros ya planeados, quizá toma de rehenes u otros delitos violentos.
Durante el primer registro, además, la Policía incautó varios chalecos antibalas, uniformes oficiales y luces azules guardados en los contenedores y que sugieren que los detenidos intentaban hacerse pasar por agentes de policía para efectuar la captura de sus víctimas. También había escondidas siete armas pequeñas y un rifle de asalto automático, una variante china del Kalashnikov AK-47.
Narcotráfico y asesinato a sueldo
El hallazgo se produce dos semanas después de que seis personas fueran detenidas por su presunta relación con la toma de rehenes. Los hombres detenidos son sospechosos de preparar secuestros, toma de rehenes, abusos graves, extorsión y participación en una organización criminal. La operación ha sido posible gracias a la cooperación con la Policía francesa, que interceptó 20 millones de mensajes entre los miembros de este grupo organizado y podría haber evitado decenas de asesinatos, secuestros y tiroteos en Europa, puesto que su actividad criminal se extendía a varios países de la UE. La agencia de coordinación judicial Eurojust ha cifrado en cientos de detenciones en varios países el resultado de esta investigación.
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El pasado mes de abril, la Policía holandesa comenzó a tirar del hilo tras iniciar una investigación sobre un hombre de 40 años en La Haya, sospechoso de estar involucrado en redes de narcotráfico y en asesinatos a sueldo, según ha confirmado la jefa de la Policía Nacional holandesa, Jannine van den Berg. El pasado 22 de junio, la Policía decidió finalmente intervenir, cuando las celdas parecían ya listas para su uso, y registró trece ubicaciones diferentes en Países Bajos, donde encontró también 24 kilos de éxtasis, varias furgonetas robadas, dos coches de alta velocidad y un total de 25 armas de fuego. Van den Berg sugiere que podría tratarse de un grupo criminal al que otras organizaciones contrataban para los trabajos más sucios, pero los detalles no se darán a conocer hasta que la Fiscalía tenga listos los pliegos de acusación.