Régimen de Maduro trata a pacientes con Covid-19 como delincuentes

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Foto Cortesía - Adriana Loureiro Fernández (NYTimes)

El presidente (ilegítimo) de Venezuela, Nicolás Maduro, ha abordado el coronavirus de la misma manera que cualquier amenaza interna para su gobierno: desplegando su aparato de seguridad represivo contra él. Así lo reseña un reportaje de The New York Times.

Hospitales sin agua, rayos X ni respiradores en Venezuela en plena crisis del Covid-19

Los funcionarios del régimen de Venezuela están etiquetando a las personas que pudieron haber estado en contacto con el coronavirus como «bioterroristas» e instando a sus vecinos a denunciarlos. El gobierno detiene e intimida a médicos y expertos que cuestionan las políticas de Maduro sobre el virus.

Y está acorralando a miles de venezolanos que regresan a casa después de perder trabajos en el extranjero, manteniéndolos en centros de contención improvisados ​​por temor a que puedan estar infectados.

La contabilidad en negro de la pandemia en Venezuela

En hoteles expropiados, escuelas en desuso y estaciones de autobuses acordonadas, los venezolanos que regresan son obligados a entrar en habitaciones abarrotadas con limitados insumos de comida, agua o mascarillas y mantenidos bajo vigilancia militar durante semanas o meses para pruebas de coronavirus o tratamiento con medicamentos no probados, según entrevistas con los detenidos, videos que han tomado con sus celulares y documentos gubernamentales.

“Nos dijeron que estamos contaminados, que somos culpables de contagiar al país”, dijo Javier Aristizábal, enfermero de la capital, Caracas, quien dijo que pasó 70 días en los centros luego de regresar de Colombia en marzo.

El control de Maduro sobre Venezuela aumenta con la ola del coronavirus

En una ciudad importante, San Cristóbal, los activistas del partido gobernante están marcando las casas de las familias sospechosas de tener el virus con placas y amenazándolas con detenerlas, dijeron los residentes. En otra ciudad, Maracaibo, la policía patrulla las calles en busca de venezolanos que reingresaron al país sin autorización oficial. Los políticos de la oposición local cuyos distritos electorales registran un brote dicen que están amenazados con ser procesados.

“Este es el único país del mundo donde tener Covid es un crimen”, dijo Sergio Hidalgo, un activista de la oposición venezolana que dijo que presentaba síntomas del virus, y se encontró con policías en su puerta y funcionarios del gobierno acusándolo de infectar a la comunidad.

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